El dolor
Se levantó como todos los días de partido. Bromeó como siempre con los compañeros, que ya lo tenían como un líder referente del equipo. Saludó a la hinchada que desde un gol al Schalke04 lo tenía como uno de sus preferidos. Hizo la calistenia de rigor y salió al terreno de su querido Sánchez Pizjuán, donde se saludó con los rivales, dentro de los cuáles, por esas paradojas de la vida, esa noche del sábado 25 estaba su mejor amigo.
A los treinta minutos del disputado partido sintió un dolor en el pecho, se puso de cuclillas y se desvaneció. No debe haberse percatado que gracias a dos de sus compañeros, uno de los cuáles le puso la mano en la boca para evitar que se atragante con su propia lengua, y a la rápida atención de los médicos de su equipo, es que de un momento a otro se reincorporó medio aturdido. "P.... madre" fue lo primero que dijo al abrir lo ojos. Que susto más grande aquel, pero ya estaba recuperado, listo para jugar. La bronca que le agarró cuando vió que de todas formas el cambio estaba hecho, y los médicos se lo llevaron por precaución al vestuario. Quería seguir jugando. Pero allí se fue, bañado por los aplausos de su hinchada, a la que el color le iba volviendo al rostro luego del feo momento que habían vivido. Pero ahí estaba el jugador querido, saliendo del terreno por su propio pie, recuperado, sin duda, joder.
En el vestuario volvió a sentir el maldito dolor. Esta vez más fuerte. Pensó en su hijo, el que nacerá dentro de un mes y en su mujer tan cerca de ese momento tan esperado por ellos. Pensó en su madre, que estaba en el estadio alentándolo como siempre. Pensó en su familia, en sus planes, sus ilusiones, en todo ese hermoso futuro que sus veintidós años le permitían vislumbrar... y luego no pudo seguir pensando. Se fue quedando dormido para nunca despertar...
Antonio Puerta, 22 años, jugador del Sevilla y de la selección española de fútbol, falleció ayer 28 de agosto tras tres días de agonía luego de desvanecerse en el partido de primera fecha de La Liga contra el Getafe. Más que un jugador de fútbol, murió un muchacho lleno de vida, en una de esas situaciones que simplemente no tienen explicación. El fútbol, como la vida, no está exento del dolor.
La solidaridad
Juanito es fanático hasta la muerte del Betis de Sevilla y no se banca ni a palos a su vecino, Manolo, tan fanático del fútbol como él, pero del Sevilla, el archirrival del Betis. Eran amigos, pero la relación se ha resquebrajado porque la rivalidad deportiva ha derivado en discusiones agrias y amenazas de golpizas al por mayor. Ya casi ni se hablan.
Pero Juanito ha visto llorando a Manolo luego del mediodía y dejando de lado broncas y rivalidades, se le ha acercado y tras saber el motivo de su llanto, ha unido sus lágrimas a las de él. De repente Sevilla, una ciudad dividida por una pasión futbolera llevada al extremo, se une por el dolor que causa la muerte de Antonio Puerta, sí, jugador del Sevilla, pero orgullo de toda la ciudad, 'un chaval' al que todos querían. Y entonces se da lo impensado. La solidaridad y las escenas que el fútbol no suele regalar. Beticos y sevillistas unidos cantando, aplaudiéndose, consolándose, sosteniéndose. Cómo Juanito y Manolo. Que mañana más tarde volverán a decirse la madre cuándo se juegue el clásico, sí, ambos lo saben. Pero que ante el dolor la solidaridad surge como consecuencia directa y que circunstancias como estas, dejan en claro que las rivalidades fútboleras nunca deben pasar de lo anecdótico y de lo que se suele llamar folcklore deportivo. El fútbol, como la vida, tiene también situaciones en donde se exagera lo irrelevante y desgracias en donde la solidaridad conmueve.
La alegría
... Tengo que tapar un penal. Primero porque tengo que subsanar de alguna forma la macana que hice en el gol del rival. Luego porque si tapo aunque sea uno, estoy seguro que los muchachos no fallarán. Ahi viene el primero. Santa Rosita de Lima, mañana es tu día, ayudame a tapar cuando menos uno y si es este mejor. Me la voy a jugar para un lado. ¿Derecha? ¿Izquierda? Hummmm, me voy a la izquierda. Vamos.... Santa Rosita no me falles....bue...pito el arbitro, ahí viene... eso!!! bien carajo!!! Vamos Perú!!!
... Bueno, es el quinto penal, si la meto clasificamos... ¿oíste? clasificamos 'ueón'. ¿Cuantas veces has pateado un penal? Papayita cuñao, papayita. Tú tranquilo, patea fuerte y listo. No pienses en otra cosa que no sea meter el penal, olvidate de todo, patea y luego sí, piensas, dedicas y celebras...ahora sólo concéntrate y patea...eso...tranquilo loco...chequea al árbitro, ok, ya pito, es hora, Vamos... ¡Goooooooooooollllll! ¡Gooooooooooooooollll carajo!!!!! ahora sí, es tiempo de celebrar, es tiempo de dedicar, para la familia, para la gente de Pisco que tanto sufre y tanto celebra ahora, para todo el Perú, que emoción hermano, que alegría más grande...
Eder Hermoza, arquero de la selección sub-17 de fútbol del Perú atajó el primer penal del partido por octavos de final del mundial de dicha categoría contra Kayijistán. Irven Avila, fue el encargado de patear el quinto penal peruano luego que sus compañeros anotaron los cuatro previos, y tras anotarlo, regaló una enorme alegría a todos los peruanos, en el territorio de nuestro país, y también a los que estamos lejos del suelo patrio, aunque tenemos el corazón atado sin remedio al país y a todo lo que tenga que ver con él. ¡Gracias muchachos! ¡Gracias Jotitas! y ahora a ganarle a Ghana que se puede, claro que se puede... y es que el fútbol, como la vida, tiene alegría...enormes alegrías.
Bonus track
Boca Juniors le ganó 3-2 a Independiente. El fútbol, como la vida, también permite apreciar que perro que ladra no muerde, y que en la cancha se ven las cosas. Y que donde manda capitán, no manda marinero. Gracias Boquita por poner las cosas en su lugar.
(Fotos disponibles en www.marca.com / www.rpp.com.pe y www.ole.com.ar )
Me gusta escribir. Me gustan los deportes. No. No me gustan los deportes. Me apasionan los deportes. Jugarlos y verlos, aunque los vea más de lo que juego. No pretendo tener la verdad, sólo mi afición, mi pasión y mi opinión. Aquí expreso la misma, simplemente por darme el gusto de hacerlo.
miércoles, 29 de agosto de 2007
lunes, 27 de agosto de 2007
Tiempo de tenis... y otros rebotes
Y arrancó el U.S. Open, el último Grand Slam de tenis del año. Para un apasionado a los deportes como yo, arrancan dos semanas en la que uno disfruta muchísimo llegar a la casa al final de la noche, prender la tele y encontrarse con algun partido en vivo cortesía de Espn. Ya lo ví al bueno de Willy Cañas sudar la gota gorda para ganarle a Ramírez Hidalgo y mientras escribo estas líneas, Serena Williams viene pasando más trabajo del previsto con la jovencita Angelique Kerber a quien deduzco que finalmente ganará (ok, le ganó finalmente). Luchito Horna, el solitario representante de mi querido Perú ganó en su partido de primera ronda y así, se comienza a desandar este apasionante torneo.
En varones no hay que ser mago, ni adivino, para asumir que Roger Federer estará ahí, llevandose muy probablemente otro Torneo, salvo que Rafa Nadal, Djokovic o algún gallito tapado por ahí no previsto decidan amargarle el final de la temporada.
En cuanto a las damas, ya he manifestado más de una vez mi debilidad por Anita Ivanovic (que arrancó arrasando 6-1, 6-1 hoy) y me juego unos boletitos a que se lleva su primer Grand Slam, aunque claro...nobleza obliga, no estoy siendo muy objetivo ni imparcial. La competencia será dura no solo por Henin, Sharapova o Jankovic, sino porque las Williams son huesos durísimos de roer cuando juegan de local como es el caso del U.S. Open.
En fin, veremos. Lo que es asegurado es que habrá tenis del bueno por catorce días... mucho más no se puede pedir.
A los rebotes del fin de semana...
Los Jotitas despacito...despacito...
La selección peruana de fútbol Sub-17, no parece peruana....porque gana, no se deja meter goles, clasifica...y ¡encima de primero! en un Mundial de Fútbol, algo a lo que los peruanos estamos desacostumbrados considerando que no vamos a un Mundial de mayores desde el 82 y no ganamos un partido desde el 78. Así que, sí, es cierto, es un Mundial Sub-17, y todo lo que se quiera, pero uno es buen pobre y no puede dejar de disfrutar estos pequeños grandes gustos. ¿Hasta donde llegarán los jotitas? Vayamos poquito a poco, despacito, despacito, despacito a ver si seguimos rompiendo (malas) costumbres futboleras peruanas y empezamos a acostumbrarnos a ver a la blanquirroja flameando victoriosa.
La novela Riquelme
Que Riquelme tiene un lugar guardado en el corazón de todos los hinchas xeneizes, no queda duda. Malagrecidos seríamos especialmente cuando un recuerda epopeyas como las de la reciente Copa Libertadores, donde fue pieza fundamental.
Que Román es un tipo especialísimo, tampoco es un secreto. Aunque me parece que esta vez se le pasó la mano ccon la demagogia saliendo a declarar que por Boca el jugaba gratis un año...aunque los dos años previos habia que pagarle su salario de nueve millones de euros, cifra inmanejable en el fútbol argentino (y me animaría a decir, sudamericano, excepción hecha de Brasil). Levante usted la mano conmigo Román, y repita conmigo...me pasé...
Boca debe seguir hacia delante con los jugadores que tiene y olvidarse de la novela Riquelme. Hubiera sido estupendo tenerlo en el equipo, pero no está más (y no debería estar salvo que la dirigencia cometa el despropósito de tirar al tacho toda la prolijidad que ha llevado a Boca al éxito deportivo de estos últimos diez años), y a llorar a la playa. Que este plantel tiene muy buenos jugadores con los que perfectamente se pueden seguir obteniendo (más) títulos.
Alianza querido
Ay mi Alianza querido... más te quiero más me pegas, y más me pegas, más te quiero... panorama más negro que el querido Perico León el de mi querida blanquiazul... igual te llevo en el alma (pero no abuses por favor).
Yankees
Una semana son Gardel y a la siguiente...una mantequilla... a falta de un mes para que se termine la temporada regular... me parece que el yankee no sale campeón, me parece que el yankee no sale campeón... (ojalá que me equivoque)
Cavallino Rampante
Los seguidores de Ferrari cantan el todavía soñamos, todavía vivimos...y es que Felipinho y el 'carismático' Kimi, aprovecharon que Hamilton y Alonso siguen metidos en su lucha de egos, para descontar ventajas y mantener la emoción en la definición de la Fórmula 1. Cualquie cosa puede pasar, aunque lo veo aprovechando en el río revuelto a Alonso que ya está a tiro de hit de Hamilton (salvo que, claro está, el equipo británico de Mc Laren, le haga alguna jugarreta al español, para que no pueda alcanzar al chico maravilla de la F1).
Vick Vapo...rizado
Michael Vick era hasta hace poco una verdadera promesa del fútbol americano. Muchos consideraban que en el corto plazo sería el mejor mariscal de campo de toda la NFL. Su rendimiento así lo demostraba, siendo una luz en medio de la mediocridad de los Falcons... Pero he aquí que (otra vez) la promesa probablemente nunca explotará. Ya venía teniendo problemillas extra deportivos, pero resulta que Vick tenía particulares hobbies para divertirse entre temporadas: armas peleas de perros, con todo lo que ello implica (apuestas, etc), y hasta convertirse en 'evaluador' de las condiciones de los canes para la lucha...y si no le gustaban...el mismo con sus propias manos los pasaba a mejor vida. El que va a pasar malos ratos sin duda es el jugador, que por lo pronto ya quedó suspendido indefinidamente en la NFL y ahora afronta cargos criminales respecto de los cuáles hoy se declaro culpable. Una lástima. Probablemente no se escriba más de Vick en crónicas deportivas, sino en policiales. De verdad, una pena.
(fotos de Ana Ivanovic y Michael Vick, disponibles en www.yahoo.com)
sábado, 18 de agosto de 2007
El fútbol nos regala una alegría en medio del dolor
No tengo aún muchas ganas de escribir. Pero los Jotitas (la selección peruana sub-17) nos brindaron una significativa alegría en medio del tremendo dolor que tenemos todos los peruanos, al ganar su partido debut en el Mundial de Fútbol Sub-17, ganándole al país anfitrión, Corea del Sur.
No lo pude ver, ni escuchar (RPP sólo pasó highlights mientras seguía informando de las consecuencias del terremoto), pero al final pude escuchar los minutos finales y emocionarme muchísimo y gritar muy fuerte ¡Arriba Perú Carajo! con bronca, con alegría y con toda la sensibilidad que aún tengo a flor de piel.
Nada más. Sigo sin ganas de escribir. Pero quería agradecerle al fútbol, a esa pasión, a ese sentimiento, y sobre todo a J.J. Oré y a sus muchachos, por sacarme una mueca de sonrisa en medio del desastre.
¡Fuerza Perú, que a la distancia sigo haciendo fuerza por tí, por nosotros!
martes, 14 de agosto de 2007
No se diga que no lo dije...
Ahora todos le revientan cohetes a Novak Djokovic y hablan de las promesas serbias en el tenis, incluyendo a Anita Ivanovic, la más bella del circuito femenino, y a Jelena Jancovic.
Olé, La Nación, El Comercio, el mítico Bjorn Borg, especialistas de ESPN, todos hablan tras la gesta deportiva del serbio en Montreal ganándole en forma seguida a Roddick (3), Nadal (2) y Federer (1 del mundo).
Y uno humildemente saca pecho... que no es que se haya descubierto la pólvora porque se veía venir, pero a raíz de mi admiración por Anita (que calladita sigue ganando y ya es 4 del mundo), hace apenas un mes les adelante que las promesas serbias venian con todo. Es cierto que una golondrina no hace el verano y Federer y Nadal siguen tan firmes como ayer y no van a ceder ni por casualidad... pero despacito despacito...si "Nole" Djokovic sigue en ese plan, al menos tendremos de tanto en cuando un tercero en discordia que le de más emoción al circuito masculino.
(Foto obtenida en www.espndeportes.com)
martes, 7 de agosto de 2007
Fin de semana de "milestones"
Así le dicen en los Estados Unidos a los hitos en materia deportiva y ciertamente este fue uno de esos, al menos en algunos deportes. Puntualmente en el béisbol, en donde el sábado Alex Rodríguez, el estadounidense de padre dominicanos considerado el mejor beisbolista del momento -y si no es eso al menos el mejor pagado, eso seguro-, se convirtió en el jugador que alcanza los 500 home runs a menor edad, con 32 años y días. Como si eso fuera poco, Barry Bonds, jugador que polariza opiniones como pocos, alcanzó los 755 home runs de Hank Aaron y está a uno de quedar de forma exclusiva como el mayor "jonronero" de todas las épocas (paradójicamente, quizás sea el propio Alex Rodríguez quien le quite ese lugar en unos cinco o seis años de mantenerse saludable).
También el golf tuvo un momento particular, cuando el histórico campo de St. Andrews recibió por primera vez a las damas y dio lugar a que la mexicana Lorena Ochoa, número uno del mundo, gane finalmente su primer Major con claridad, con autoridad y con mucha alegría y emoción al momento de la celebración. Tal parece que la impresionante sueca Annika Sorestam, puede ir planeando el retiro en paz, porque el trono tiene una heredera tan digna como ella. Lo de Lorenita pinta más que interesante.
Otro latinoamericano que sigue dando que hablar en el golf es el Pigu, Andrés Romero. El tucumano hace tres semanas era el 129 del mundo. Pero se le ocurrió quedar tercero en el Abierto Británico con una ronda final de diez birdies inolvidable, ganar el abierto de Hamburgo y quedar sexto en Akron y ahora es 26 del mundo y se ganó el respeto de todos incluido el del gran Tiger Woods, que para variar, se llevó este último torneo. Veremos si lo de Pigu mantiene regularidad, porque entonces puede estar para grandes cosas.
(Foto obtenida de http://www.clarin.com.ar/)
En la F-1 la madre de todas las ollas de grillos se destapó en Mc Laren. Alonso que por ser Alonso siempre necesita estar metido en alguna controversia, Hamilton que con su papito siempre al lado añade a sus innegables dotes de conductor la de piloto embromón al mejor estilo de Prost o Senna en sus épocas, y hasta Ron Denis liándose a los insultos con el cuervito que le ha resultado Lewis, su hijo protegido a quien preparo durante los últimos diez años. Lo más curioso es que hablamos de la escudería y de los pilotos...¡que van primeros en la Tabla de Posiciones! ¿Cómo sería si fueran equipo de media tabla? La novela luce interesante y se aguardan nuevos capitulos por demás interesantes, en la pista y fuera de ella.
(Foto obtenida de http://www.marca.com/)
En el fútbol, en Perú la u esta primera, Alianza por fin ganó y Oblitas no la ve con el Cristal. En Argentina arrancó el campeonato y Boquita sólo saco un frío empate a cero en una fría tarde donde hasta la tribuna pareció estar fría. Hubo dominio pero no definición ni control. Se extraño en demasía a Riquelme y me sigo preguntando que hizo Boselli para no merecer unos minutos en lugar de Palacio al final del partido. Rodrigo hace tiempo que no juega un buen partido y Boselli por contrapartida tuvo una pretemporada a puro gol. En fin, al menos conmigo Boquita tiene crédito abierto, aunque uno no puede negar que ha sido malacostumbrado a punta de puras victorias y títulos.
Deportes. Una pasión, un sentimiento.
También el golf tuvo un momento particular, cuando el histórico campo de St. Andrews recibió por primera vez a las damas y dio lugar a que la mexicana Lorena Ochoa, número uno del mundo, gane finalmente su primer Major con claridad, con autoridad y con mucha alegría y emoción al momento de la celebración. Tal parece que la impresionante sueca Annika Sorestam, puede ir planeando el retiro en paz, porque el trono tiene una heredera tan digna como ella. Lo de Lorenita pinta más que interesante.
Otro latinoamericano que sigue dando que hablar en el golf es el Pigu, Andrés Romero. El tucumano hace tres semanas era el 129 del mundo. Pero se le ocurrió quedar tercero en el Abierto Británico con una ronda final de diez birdies inolvidable, ganar el abierto de Hamburgo y quedar sexto en Akron y ahora es 26 del mundo y se ganó el respeto de todos incluido el del gran Tiger Woods, que para variar, se llevó este último torneo. Veremos si lo de Pigu mantiene regularidad, porque entonces puede estar para grandes cosas.
(Foto obtenida de http://www.clarin.com.ar/)
En la F-1 la madre de todas las ollas de grillos se destapó en Mc Laren. Alonso que por ser Alonso siempre necesita estar metido en alguna controversia, Hamilton que con su papito siempre al lado añade a sus innegables dotes de conductor la de piloto embromón al mejor estilo de Prost o Senna en sus épocas, y hasta Ron Denis liándose a los insultos con el cuervito que le ha resultado Lewis, su hijo protegido a quien preparo durante los últimos diez años. Lo más curioso es que hablamos de la escudería y de los pilotos...¡que van primeros en la Tabla de Posiciones! ¿Cómo sería si fueran equipo de media tabla? La novela luce interesante y se aguardan nuevos capitulos por demás interesantes, en la pista y fuera de ella.
(Foto obtenida de http://www.marca.com/)
En el fútbol, en Perú la u esta primera, Alianza por fin ganó y Oblitas no la ve con el Cristal. En Argentina arrancó el campeonato y Boquita sólo saco un frío empate a cero en una fría tarde donde hasta la tribuna pareció estar fría. Hubo dominio pero no definición ni control. Se extraño en demasía a Riquelme y me sigo preguntando que hizo Boselli para no merecer unos minutos en lugar de Palacio al final del partido. Rodrigo hace tiempo que no juega un buen partido y Boselli por contrapartida tuvo una pretemporada a puro gol. En fin, al menos conmigo Boquita tiene crédito abierto, aunque uno no puede negar que ha sido malacostumbrado a punta de puras victorias y títulos.
Deportes. Una pasión, un sentimiento.
lunes, 30 de julio de 2007
Irak Campeón
Que el fútbol es pasión, es sentimiento, como dice el título de este blog, es una verdad irrefutable. Si se necesitase algún ejemplo de ello, ver lo sucedido con Irak este domingo 29 hace innecesarias mayores explicaciones.
País castigado por la violencia, el dolor, el caos y la irracionalidad sin fin. En donde la muerte es tan cotidiana como el pan nuestro de cada día y donde todos los días madres destrozadas sepultan los restos de sus hijos muertos absurda e inutilemente en una espiral de locura y deshumanización, que se ha vuelto tan común que corre el riesgo de insensibilizarnos de tal forma que nos parezca algo normal, habitual en las noticias de cada mañana.
País...futbolero. Como cualquiera de Sudamérica, como cualquiera de Europa. La pasión por el fútbol no sabe de terrores, no sabe de divisiones, no sabe de la estupidez del hombre obstinado en destruirse y destruir el mundo que Dios nos regalo para vivir. La pasión por el fútbol en Irak es un bálsamo en medio de un cuerpo destrozado por las heridas y mutilaciones que parecen nunca acabar.
Un equipo humilde pero ordenadito, guiado -cuando no- por un brasilero. Un equipo que dejo de lado las rivalidades entre shiitas, kurdos, sunitas y cualquier otra distinción, y en donde el brasilero, cual San Martín de Porres juntando perro, pericote y gato, logro unidad, forjada por el trabajo, forjada por la pasión, y fortalecida por ese lugar común que tristemente también une a todos los jugadores del equipo: de una forma u otra, todos ellos han perdido familia y seres queridos en la barbarie que vive su país.
Ayer el bálsamo supo a gloria. Y ese equipo humildito y laborioso ganó la Copa Asia por primera vez en su historia. El llanto alegre y la locura de una felicidad contenida se traslado a las calles del país y aún en los asentamientos de los refugiados que han debido huir del mismo. Y los iraquíes festejaron como hacía tanto tiempo no festejaban. Y se unieron en abrazos interminables sin importar por un momento si el del costado era soldado, si era de la misma religión o del mismo sector. Sólo se abrazaron y festejaron. Sonrieron y lloraron. Porque en medio de la alegría, no hay posibilidad alguna de olvidar a los que ya no están. A esos niños y jóvenes que también hubieran festejado con locura interminable.
Una pasión, un sentimiento que ayuda a conseguir estos breves paréntesis de felicidad aún en la peor de las circunstancias. Lamentablemente mañana volverán las bombas, los atentados, el odio incontrolable contra el propio hermano. La muerte, la destrucción. Sólo el propio hombre, responsables de su presente, artífice de su futuro, sabrá cuando acabará.
Que no daría uno porque esa alegría y esa paz pudiera alargarse más allá de los noventa minutos que dura un partido de fútbol. ¡Que distinto fuera todo!... Pero que va... al menos fue un comienzo, quizás un oasis en medio del desierto, pero también una posibilidad que muestra que cuando se quiere se puede...abrazar al hermano, sonreir con el extraño, compartir sin desconfianza...finalmente, vivir en paz.
domingo, 22 de julio de 2007
De todo como en botica
Brasil Campeao do America:
Que existe una paternidad hoy en día de verde amarillos ante albicelestes en la categoría mayor no queda duda. Le ganan con la A, con la B, con la C y con la que jueguen. No importan los antecedentes, no importa como llegaron, el hecho concreto es que llegan a una final, se encuentran y pim, pam, pum, gana Brasil. Lo del domingo pasado fue tan sorpresivo como contundente. Sorpresivo porque ambas selecciones llegaban por distintos caminos. Brasil a los tropezones y salvándose de quedarse a mitad de camino por la impericia de par de uruguayos en la definición por penales, y Argentina destrozando rivales sin compasión en cuanto partido jugó. Contudente porque los partidos no se ganan con antecedentes sino con goles y Brasil facturó en los los momentos justos, controlando luego el partido ante la desesperación de un equipo argentino que justo en el partido en el que tenía que jugar como jugó los anteriores, volvió a pelear con sus antiguos fantasmas de holanda en el 98, brasil en el 2004, alemania en el 2006 y siguen firmas.
¿Si Argentina subestimó a Brasil B? eso lo sabrán los jugadores. Lo cierto es que Brasil simplemente desnudó falencias que en medio de goleadas aplastantes pasaban desapercibidas, especialmente en lo que tiene que ver con la defensa argentina, que fue lo más cercano a un parque de diversiones, como decía un colorido narrador deportivo peruano.
Ahora vienen las eliminatorias donde sin duda ambos equipos trataran que su segura clasificación se resuelva rápido y sin complicaciones. Los brasileros tendrán la tranquilidad de haber sacado adelante esta Copa y los argentinos ante cualquier traspiés tendrán a su particular prensa deportiva estrujándolos por el piso de la misma forma que a la primera victoria los ponen por encima de las nubes. Basile y su selección no tendrán colchón que amortigue las críticas ya que Batista, Wagner Love y compañía se lo robaron en una húmeda y calurosa tarde caribeña.
p.d. Al menos Argentina tuvo consuelo con su sexto título mundial de Sub-20, lo que no debería sorprender tanto. Si algo tiene de bueno el fútbol argentino es que en función de sus divisiones inferiores, tiene muchos jugadores de calidad que a los 17, 18 años estan debutando en el fútbol profesional y cuando llegan a los 20, tienen muchísima experiencia en el bolsillo. Véase ahora a un Banegas que ya era campeón de América, a un Agüero con una temporada de aprendizaje en el Atletico de Madrid, a un Zárate que ha jugado mucho en Vélez o a un Moralez que ya empezó a desandar aperturas y clausuras con Racing.
Perú Campeón... de la desvergüenza dirigencial
Cuando uno se pregunta porque el fútbol peruano está como está, tiene que arrancar desde el principio y ver quienes están a la cabeza. Y cuando ve la clase de 'dirigentes' que tiene, enquistados como garrapatas en sus cargos haciendo y deshaciendo sin el minimo criterio y con total impunidad, entonces uno empieza a comprender.
Ahora lo botaron a Uribe. Y de una forma totalmente irrespetuosa. Seamos claros. Uribe no es santo de mi devoción porque si a Oblitas le dicen terco a Uribe no se que habría que decirle. Pero si ya se le eligió había que darle tiempo a ver como iba su proceso. Pero procesos parecen ser malas palabras en el fútbol peruano. Y lo botaron nomás. De verdad, ningún entrenado serio debería aceptar sin solicitar la renuncia de todos los miembros de la comisión de selecciones. Ahora se dice que Chemo del Solar aceptará el cargo. Si el rumor es cierto lo lamento por el Chemo porque con esos dirigentes.... bue.... llegado el caso sólo espero que la vaya bien, aunque valgan verdades, no guardo esperanza alguna para las eliminatorias en lo que a mi querida selección se refiere, más allá de que como siempre, cada partido estaré siguiendolo con la misma intensidad que me genera todo partido de Perú...hasta que 'matemáticamente' tengamos vida.
Deportes Varios
Si Sergio García no ganó un Major ahora en el British Open con la ventaja que tuvo y con la posibilidad que tuvo de cerrarlo con un putt bastante accesible en el hoyo 18, no sé cuando es que va a ganarlo. En un Major que tuvo un final apasionante el irlandés Padraig Harrington se llevó su primer Open derrotando al 'Niño' en un playoffs donde le basto un birdie en el primer hoyo de desempate al mismo tiempo que García hacía un bogey. Mención aparte para Andrés Romero, el joven golfista argentina, que tuvo un domingo de ensueño a punta de birdies...hasta el hoyo 17. Cuando se vino a dar cuenta que estaba primero y a dos hoyos de poder llevarse el mismo, toda la presión se le vino encima y con un doble bogey en el 17 y bogey en el 18 se quedó con -6, apenas un golpe abajo de Harrington y García... estuvo cerca de concretar un doblete que hubiera sido histórico para el golf sudamericano, ya que habría concretado el back-to-back tras el triunfo del Pato Cabrera en el Masters de Usa. ¿Tiger? por esta vez jugó como un ser humano común y silvestre y no hizo nada especial.
Que Fernando Alonso no sea mi piloto favorito y que Ferrari sea la escudería a la que le voy en materia de simpatía, no puede ser motivo para ser ciego ante lo evidente: el asturiano es un tremendo piloto. Quien lo dude puede revisar la carrera de esta tarde en Alemania, y ver la forma en que sobrepasó a cinco vueltas del final al Felipe Massa para llevarse los 10 puntos del primer lugar. Luego Alonso volvió a ser el Alonso tan poco simpático y hasta prepotente de siempre y se pusó en plan de recriminarle a Felipinho exagerando una reacción ante una defensa del puesto que si hubiera sido a la inversa, no me cabe duda que Alonso lo hubiera hecho igual o más temerariamente aún. ¿La carrera? emocionante y particular, condicionada y salpicada por el diluvio que amenazó con suspenderla a la altura de la cuarta vuelta, y por la fuerte lluvia que a nueve vueltas del final llevó a los pilotos a tener que cambiar de llantas, lo que a la larga ayudó a que Alonso reduzca distancias con Felipinho, previo al tremendo 'sorpazo' que todos los medios comentarán mañana. ¿Lewis Hamilton? Por un fin de semana se comportó finalmente como el rookie que es y no como el pichón de pilotazo que es, como lo ha demostrado en todas las carreras anteriores. Pero todavía va primero en la clasificación. Y no piensa dejarle el trono a Alonso fácilmente. ¿Raikonnen? Abandono por problemas en su coche....muy curioso, cuando lo enfocaron tenía el mismo gesto que tiene en su rostro cuando gana... el finlandés es sencillamente imperturbable y de los más inexpresivos, no cabe duda. Pero los que alentamos al 'cavallinno rampante' esperamos que Kimi y Felipe no caigan derrotados sin dar lucha...vamos que todavía faltan 7 carreras...
Y mis Yankees... ah los Yankees, tuvieron un fin de semana donde luego de un humillante 14-4 ante los débiles Tampa Bay, les hicieron pagar caro la falta de respeto ganando el sábado 7-3 y 17-5 en una doble jornada, y apabullando a los Devil Rays 21-4 este domingo. Alex Rodriguez se puso a dos jonrones de los 500 de por vida y los Yankees vieron el debut de Shelley Duncan, un derecho de 27 años, que en sus 4 primeros partidos se despachó 3 jonrones y ya tuvo 3 'curtain calls' o salidas del dogout para recibir el apluaso del respetable, con cantito de 'she-lley, she-lley' incluido. Habrá que ver si es flor de un día y si es el inicio de algo grande para los Yankees. Me acuerdo de Marcus Thames, un negrito que en su primer turno al bate con los Yankees anotó un jonron y luego sin embargo fue despachado por los mulos del Bronx, así que los de Dunca no le garantiza nada...por ahora. Igual, mucho hit, mucho jonron, mucho bateo, pero los Yankees siguen a 7.5 juegos de los Boston Red Sox, así que aunque la palabrita sea dura y no guste a algunos, la campaña sigue siendo un fracaso, y no dejará de serlo si es que por lo menos, los Yankees no acceden a los Playoffs aunque sea como Wild Card (caso en el cual la campaña será fracaso si no ganan la Serie Mundial...así son las cosas con los herederos de Babe Ruth, Joe Di Maggio, Micky Mantle y compañia)...
Y nada...¡buen inicio de semana!
(fotos disponibles en www.yahoo.com)
Que existe una paternidad hoy en día de verde amarillos ante albicelestes en la categoría mayor no queda duda. Le ganan con la A, con la B, con la C y con la que jueguen. No importan los antecedentes, no importa como llegaron, el hecho concreto es que llegan a una final, se encuentran y pim, pam, pum, gana Brasil. Lo del domingo pasado fue tan sorpresivo como contundente. Sorpresivo porque ambas selecciones llegaban por distintos caminos. Brasil a los tropezones y salvándose de quedarse a mitad de camino por la impericia de par de uruguayos en la definición por penales, y Argentina destrozando rivales sin compasión en cuanto partido jugó. Contudente porque los partidos no se ganan con antecedentes sino con goles y Brasil facturó en los los momentos justos, controlando luego el partido ante la desesperación de un equipo argentino que justo en el partido en el que tenía que jugar como jugó los anteriores, volvió a pelear con sus antiguos fantasmas de holanda en el 98, brasil en el 2004, alemania en el 2006 y siguen firmas.
¿Si Argentina subestimó a Brasil B? eso lo sabrán los jugadores. Lo cierto es que Brasil simplemente desnudó falencias que en medio de goleadas aplastantes pasaban desapercibidas, especialmente en lo que tiene que ver con la defensa argentina, que fue lo más cercano a un parque de diversiones, como decía un colorido narrador deportivo peruano.
Ahora vienen las eliminatorias donde sin duda ambos equipos trataran que su segura clasificación se resuelva rápido y sin complicaciones. Los brasileros tendrán la tranquilidad de haber sacado adelante esta Copa y los argentinos ante cualquier traspiés tendrán a su particular prensa deportiva estrujándolos por el piso de la misma forma que a la primera victoria los ponen por encima de las nubes. Basile y su selección no tendrán colchón que amortigue las críticas ya que Batista, Wagner Love y compañía se lo robaron en una húmeda y calurosa tarde caribeña.
p.d. Al menos Argentina tuvo consuelo con su sexto título mundial de Sub-20, lo que no debería sorprender tanto. Si algo tiene de bueno el fútbol argentino es que en función de sus divisiones inferiores, tiene muchos jugadores de calidad que a los 17, 18 años estan debutando en el fútbol profesional y cuando llegan a los 20, tienen muchísima experiencia en el bolsillo. Véase ahora a un Banegas que ya era campeón de América, a un Agüero con una temporada de aprendizaje en el Atletico de Madrid, a un Zárate que ha jugado mucho en Vélez o a un Moralez que ya empezó a desandar aperturas y clausuras con Racing.
Perú Campeón... de la desvergüenza dirigencial
Cuando uno se pregunta porque el fútbol peruano está como está, tiene que arrancar desde el principio y ver quienes están a la cabeza. Y cuando ve la clase de 'dirigentes' que tiene, enquistados como garrapatas en sus cargos haciendo y deshaciendo sin el minimo criterio y con total impunidad, entonces uno empieza a comprender.
Ahora lo botaron a Uribe. Y de una forma totalmente irrespetuosa. Seamos claros. Uribe no es santo de mi devoción porque si a Oblitas le dicen terco a Uribe no se que habría que decirle. Pero si ya se le eligió había que darle tiempo a ver como iba su proceso. Pero procesos parecen ser malas palabras en el fútbol peruano. Y lo botaron nomás. De verdad, ningún entrenado serio debería aceptar sin solicitar la renuncia de todos los miembros de la comisión de selecciones. Ahora se dice que Chemo del Solar aceptará el cargo. Si el rumor es cierto lo lamento por el Chemo porque con esos dirigentes.... bue.... llegado el caso sólo espero que la vaya bien, aunque valgan verdades, no guardo esperanza alguna para las eliminatorias en lo que a mi querida selección se refiere, más allá de que como siempre, cada partido estaré siguiendolo con la misma intensidad que me genera todo partido de Perú...hasta que 'matemáticamente' tengamos vida.
Deportes Varios
Si Sergio García no ganó un Major ahora en el British Open con la ventaja que tuvo y con la posibilidad que tuvo de cerrarlo con un putt bastante accesible en el hoyo 18, no sé cuando es que va a ganarlo. En un Major que tuvo un final apasionante el irlandés Padraig Harrington se llevó su primer Open derrotando al 'Niño' en un playoffs donde le basto un birdie en el primer hoyo de desempate al mismo tiempo que García hacía un bogey. Mención aparte para Andrés Romero, el joven golfista argentina, que tuvo un domingo de ensueño a punta de birdies...hasta el hoyo 17. Cuando se vino a dar cuenta que estaba primero y a dos hoyos de poder llevarse el mismo, toda la presión se le vino encima y con un doble bogey en el 17 y bogey en el 18 se quedó con -6, apenas un golpe abajo de Harrington y García... estuvo cerca de concretar un doblete que hubiera sido histórico para el golf sudamericano, ya que habría concretado el back-to-back tras el triunfo del Pato Cabrera en el Masters de Usa. ¿Tiger? por esta vez jugó como un ser humano común y silvestre y no hizo nada especial.
Que Fernando Alonso no sea mi piloto favorito y que Ferrari sea la escudería a la que le voy en materia de simpatía, no puede ser motivo para ser ciego ante lo evidente: el asturiano es un tremendo piloto. Quien lo dude puede revisar la carrera de esta tarde en Alemania, y ver la forma en que sobrepasó a cinco vueltas del final al Felipe Massa para llevarse los 10 puntos del primer lugar. Luego Alonso volvió a ser el Alonso tan poco simpático y hasta prepotente de siempre y se pusó en plan de recriminarle a Felipinho exagerando una reacción ante una defensa del puesto que si hubiera sido a la inversa, no me cabe duda que Alonso lo hubiera hecho igual o más temerariamente aún. ¿La carrera? emocionante y particular, condicionada y salpicada por el diluvio que amenazó con suspenderla a la altura de la cuarta vuelta, y por la fuerte lluvia que a nueve vueltas del final llevó a los pilotos a tener que cambiar de llantas, lo que a la larga ayudó a que Alonso reduzca distancias con Felipinho, previo al tremendo 'sorpazo' que todos los medios comentarán mañana. ¿Lewis Hamilton? Por un fin de semana se comportó finalmente como el rookie que es y no como el pichón de pilotazo que es, como lo ha demostrado en todas las carreras anteriores. Pero todavía va primero en la clasificación. Y no piensa dejarle el trono a Alonso fácilmente. ¿Raikonnen? Abandono por problemas en su coche....muy curioso, cuando lo enfocaron tenía el mismo gesto que tiene en su rostro cuando gana... el finlandés es sencillamente imperturbable y de los más inexpresivos, no cabe duda. Pero los que alentamos al 'cavallinno rampante' esperamos que Kimi y Felipe no caigan derrotados sin dar lucha...vamos que todavía faltan 7 carreras...
Y mis Yankees... ah los Yankees, tuvieron un fin de semana donde luego de un humillante 14-4 ante los débiles Tampa Bay, les hicieron pagar caro la falta de respeto ganando el sábado 7-3 y 17-5 en una doble jornada, y apabullando a los Devil Rays 21-4 este domingo. Alex Rodriguez se puso a dos jonrones de los 500 de por vida y los Yankees vieron el debut de Shelley Duncan, un derecho de 27 años, que en sus 4 primeros partidos se despachó 3 jonrones y ya tuvo 3 'curtain calls' o salidas del dogout para recibir el apluaso del respetable, con cantito de 'she-lley, she-lley' incluido. Habrá que ver si es flor de un día y si es el inicio de algo grande para los Yankees. Me acuerdo de Marcus Thames, un negrito que en su primer turno al bate con los Yankees anotó un jonron y luego sin embargo fue despachado por los mulos del Bronx, así que los de Dunca no le garantiza nada...por ahora. Igual, mucho hit, mucho jonron, mucho bateo, pero los Yankees siguen a 7.5 juegos de los Boston Red Sox, así que aunque la palabrita sea dura y no guste a algunos, la campaña sigue siendo un fracaso, y no dejará de serlo si es que por lo menos, los Yankees no acceden a los Playoffs aunque sea como Wild Card (caso en el cual la campaña será fracaso si no ganan la Serie Mundial...así son las cosas con los herederos de Babe Ruth, Joe Di Maggio, Micky Mantle y compañia)...
Y nada...¡buen inicio de semana!
(fotos disponibles en www.yahoo.com)
domingo, 8 de julio de 2007
Cuatro goles y un funeral
Perú 0 - Argentina 4
(Nota de redacción: no pude ver el partido, así que en consecuencia, no puedo opinar del desarrollo del mismo. A mis amigos peruanos y argentinos que lo vieron, si me dejan en sus comentarios, su opinión sobre el desarrollo del partido, desde ya será muy agradecido).
Bueno, no es que haya un funeral, pero sí hay una despedida. Una vez más Perú se despide de una Copa América, una vez más Argentina es el que le da la estocada final. Esta vez un resultado algo más humillante que el 0-1 de Perú 2004, al menos en el frío papel. Ignoro si en el desarrollo del partido en realidad la diferencia no fue tanta o si por el contrario fue incluso mayor. El hecho concreto es que estamos fuera.
Esos mismos fríos números nos dicen que arrancamos como los grandes humillando a un equipo de tradición como el uruguayo. Que luego fuimos derrotados sin reacción alguna por una selección venezolana envalentonada por las circunstancias. Que luego tuvimos una milagrosa reacción final ante un humilde equipo boliviano, para evitar un papelón mayúsculo (los números no reflejan lo mal que se jugó ese día, probablemente una de las actuaciones más flojitas de selección peruana alguna en los últimos años, al menos de las que he podido ver). Y que hoy, la selección favorita nos despidió sin atenuantes.
La reflexión de esta campaña me imagino que dará lugar a todo tipo de comentarios de los buenos y de los mezquinos que aprovechen la circunstancia. Es difícil hablar con la cabeza caliente. No suena lógico pretender interrumpir un proceso, deporte favorito de hinchas y dirigentes peruanos, quizás uno de los tantos motivos por los que nuestro fútbol está como está. Preocupa en todo caso que el técnico cuyo proceso debería continuar sea un auténtico cabeza dura, que en circunstancias de presión, desarma sus equipos en plenos partidos y contagia desesperación, amén que debe ser uno de los entrenadores más charlatanes de toda la región (lo ví ayer en Fox Sports: ¡que manera de hablar tantas sandeces sin decir nada concreto!).
Hay un hecho concreto: Esto es lo que somos y esto es lo que tenemos. Para las eliminatorias nos faltan de fuera Vargas y Solano (porque me imagino que lo tendrán que llamar ¿no?) y del fútbol peruano, no sé si es que haya alguna figura que mis amigos de por allá me pudieran indicar que debería tener la posibilidad.
Pareciera que hay alguna base para trabajar en planteamientos defensivos. El mismo dio resultados en el primer partido. Hoy al parecer eso se fue al traste tras cuarenta y cinco minutos. Pero como no lo ví no sé que opinar.
Pareciera que al medio tenemos ausencia de todo: de creador y de perros de presa. Tenemos un hueco gigantesco en el medio campo que no sé sinceramente como podremos llenar de aquí a las eliminatorias.
Pareciera que arriba, por más que tengamos tres mosqueteros que conforman en el papel una de las delanteras más poderosas de sudamérica, en la práctica, ausentes de asistencias desde el medio, se pierden entre planteamientos defensivos y la obligación de tener que bajar a fabricar sus ataques ellos mismos. Hoy por ejemplo, en todos los resúmenes del partido, no ví un sólo ataque por parte de Perú, ninguna jugada de peligro de la blanquirroja. Y teniendo a Guerrero y a Pizarro (más Farfán) allá arriba, planteamientos mezquinos que renuncien a la creación, al ataque y al aprovechamiento de los delanteros, suenan a desperdicio.
De cara a las eliminatorias está más que claro que Argentina y Brasil están en otro planeta, inalcanzables. Si Uruguay es el del 4-1 a Venezuela y no el del 0-3 con Perú, puede anotarse un escalón más abajo. Y después pareciera que se puede parar de contar. Después, con sinceridad, el otro cupo y el repechaje para el mundial, los otros dos cupos están para el que sepa aprovechar las irregularidades de las otras selecciones. Aprovechar la localía será sin duda algo primordial y eso vuelve a ser motivo de preocupación. Pareciera que Perú tiene más opciones de acoplarse en planteamientos defensivos, porque cuando se trata de atacar, Uribe cree que se trata de poner 4 o 5 delanteros y ver que ocurre. No ví señales positivas de un Perú lanzado al ataque, proponiendo buscar el partido, cosa que tendrá que hacer como local. Y eso preocupa.
En fin. Se fue otra Copa con una nueva decepción. De vuelta y a acomodarse. A volver como necios a ilusionarnos con tiempos mejores y con una posibilidad de clasificar a un mundial, que objetivamente se alberga más en el rincón de nuestras falsas esperanzas, que de nuestras concretas convicciones.
Pero igual, allí estaremos. Alimentando ilusiones hasta que los números nos digan basta nuevamente.
p.d. Huelga decir, de aquí en más ausente mi Perú en la Copa, espero que campeone Argentina, que tendrá un rival complicadísimo en México, y si lo vence, tendrá que disputar un clásico de final, sea rioplatense, sea sudamericano.
(Nota de redacción: no pude ver el partido, así que en consecuencia, no puedo opinar del desarrollo del mismo. A mis amigos peruanos y argentinos que lo vieron, si me dejan en sus comentarios, su opinión sobre el desarrollo del partido, desde ya será muy agradecido).
Bueno, no es que haya un funeral, pero sí hay una despedida. Una vez más Perú se despide de una Copa América, una vez más Argentina es el que le da la estocada final. Esta vez un resultado algo más humillante que el 0-1 de Perú 2004, al menos en el frío papel. Ignoro si en el desarrollo del partido en realidad la diferencia no fue tanta o si por el contrario fue incluso mayor. El hecho concreto es que estamos fuera.
Esos mismos fríos números nos dicen que arrancamos como los grandes humillando a un equipo de tradición como el uruguayo. Que luego fuimos derrotados sin reacción alguna por una selección venezolana envalentonada por las circunstancias. Que luego tuvimos una milagrosa reacción final ante un humilde equipo boliviano, para evitar un papelón mayúsculo (los números no reflejan lo mal que se jugó ese día, probablemente una de las actuaciones más flojitas de selección peruana alguna en los últimos años, al menos de las que he podido ver). Y que hoy, la selección favorita nos despidió sin atenuantes.
La reflexión de esta campaña me imagino que dará lugar a todo tipo de comentarios de los buenos y de los mezquinos que aprovechen la circunstancia. Es difícil hablar con la cabeza caliente. No suena lógico pretender interrumpir un proceso, deporte favorito de hinchas y dirigentes peruanos, quizás uno de los tantos motivos por los que nuestro fútbol está como está. Preocupa en todo caso que el técnico cuyo proceso debería continuar sea un auténtico cabeza dura, que en circunstancias de presión, desarma sus equipos en plenos partidos y contagia desesperación, amén que debe ser uno de los entrenadores más charlatanes de toda la región (lo ví ayer en Fox Sports: ¡que manera de hablar tantas sandeces sin decir nada concreto!).
Hay un hecho concreto: Esto es lo que somos y esto es lo que tenemos. Para las eliminatorias nos faltan de fuera Vargas y Solano (porque me imagino que lo tendrán que llamar ¿no?) y del fútbol peruano, no sé si es que haya alguna figura que mis amigos de por allá me pudieran indicar que debería tener la posibilidad.
Pareciera que hay alguna base para trabajar en planteamientos defensivos. El mismo dio resultados en el primer partido. Hoy al parecer eso se fue al traste tras cuarenta y cinco minutos. Pero como no lo ví no sé que opinar.
Pareciera que al medio tenemos ausencia de todo: de creador y de perros de presa. Tenemos un hueco gigantesco en el medio campo que no sé sinceramente como podremos llenar de aquí a las eliminatorias.
Pareciera que arriba, por más que tengamos tres mosqueteros que conforman en el papel una de las delanteras más poderosas de sudamérica, en la práctica, ausentes de asistencias desde el medio, se pierden entre planteamientos defensivos y la obligación de tener que bajar a fabricar sus ataques ellos mismos. Hoy por ejemplo, en todos los resúmenes del partido, no ví un sólo ataque por parte de Perú, ninguna jugada de peligro de la blanquirroja. Y teniendo a Guerrero y a Pizarro (más Farfán) allá arriba, planteamientos mezquinos que renuncien a la creación, al ataque y al aprovechamiento de los delanteros, suenan a desperdicio.
De cara a las eliminatorias está más que claro que Argentina y Brasil están en otro planeta, inalcanzables. Si Uruguay es el del 4-1 a Venezuela y no el del 0-3 con Perú, puede anotarse un escalón más abajo. Y después pareciera que se puede parar de contar. Después, con sinceridad, el otro cupo y el repechaje para el mundial, los otros dos cupos están para el que sepa aprovechar las irregularidades de las otras selecciones. Aprovechar la localía será sin duda algo primordial y eso vuelve a ser motivo de preocupación. Pareciera que Perú tiene más opciones de acoplarse en planteamientos defensivos, porque cuando se trata de atacar, Uribe cree que se trata de poner 4 o 5 delanteros y ver que ocurre. No ví señales positivas de un Perú lanzado al ataque, proponiendo buscar el partido, cosa que tendrá que hacer como local. Y eso preocupa.
En fin. Se fue otra Copa con una nueva decepción. De vuelta y a acomodarse. A volver como necios a ilusionarnos con tiempos mejores y con una posibilidad de clasificar a un mundial, que objetivamente se alberga más en el rincón de nuestras falsas esperanzas, que de nuestras concretas convicciones.
Pero igual, allí estaremos. Alimentando ilusiones hasta que los números nos digan basta nuevamente.
p.d. Huelga decir, de aquí en más ausente mi Perú en la Copa, espero que campeone Argentina, que tendrá un rival complicadísimo en México, y si lo vence, tendrá que disputar un clásico de final, sea rioplatense, sea sudamericano.
sábado, 7 de julio de 2007
Perú - Argentina: La previa
Y finalmente terminarán eliminándose mi selección, la del país de donde soy y al que amo mucho más a la distancia, contra la selección por la que siempre hincho cuando mi buen Perú suele ser eliminado o no participa. Obviamente, por si hiciera falta decirlo, mañana todas mis fuerzas estarán lanzadas a ver si es que se logra el batacazo de eliminar al favorito del torneo. Después, veremos.
Misión harto complicada la peruana. Ambas selecciones han ido en una evolución inversa durante este torneo. Mientras Argentina fue demoliendo rivales a punta de goles e individualidades, pero poco a poco sus jugadores han ido acoplándose y se nota ya un poco más de juego colectivo, Perú tuvo un debut que invito a soñar y poco a poco el sueño casi termina en una vergonzosa pesadilla (irse eliminado en un grupo compartido con Venezuela y Bolivia, si no era vergonzoso, me dejan saber que otra cosa hubiera sido). De un orden sustentado en el propio reconociendo de sus limitaciones, la blanquirroja terminó en un monumental zafarrancho de desorden donde sólo la cabeza de Pizarro, la Divina Providencia y la Sarita Colonia permitieron que llegáramos a la segunda instancia donde (otra vez) nos toca bailar con la más fea.
Me imagino -porque con Uribe uno en realidad no puede hacer otra cosa que aventurar hipótesis que sólo Dios sabe que es lo que finalmente hará-, que Perú volverá al 3-5-2 del partido inaugural, que en realidad es un mero formalismo, ya que en la práctica se convierte en un 5-3-2 defensivo y expectante de lo que se pueda hacer al contragolpe esperanzados en la capacidad de los tres mosqueteros, hoy convertidos en dos ante la lesión de Farfán. Imagino que volverá Santiago Acasiete a la defensa, que sin ser un Chumpitaz o un Julio Meléndez, en medio de los vacíos de la actual defensa peruana, hacer valer aquello que en tierra de ciegos el tuerto es rey (hablo de la actual defensa, porque me imagino que en las eliminatorias, el Loquito Vargas y Nolberto Solano tendrán que ser titulares indiscutibles en la misma como bien dice mi hermano Coquín). Habrá que ver que hace en el medio Uribe, si vuelve Bazalar, si vuelve García, si Mariño sigue arrancando de titular. Todas son hipótesis. Arribas esperemos que Claudio siga aprovechando las oportunidades que se le puedan presentar mañana y que Paolo además de su incuestionable garra ahora también facture con goles. Si algo tiene flojito Argentina es su defensa, en especial por el lado de Heinze, ese afortunado jugador que sin ser nada del otro mundo juega en el Manchester y en la selección argentina ¡y de titular! así que ojalá que se pueda aprovechar algún desliz por ese lado.
Por el lado argentino que se puede decir. Si su defensa falla, del medio para arriba mata. Por calidad y por contundencia. Por individualidades y por ensamblaje en equipo cuando así se deciden. Si están en su día habrá que rezar para que la defensa peruana esté a la altura de la circunstancia. Y esperar.
Uno quiere de corazón que Perú dé la sorpresa. La objetividad sugiere que el favorito mañana es Argentina. Veremos que pasa. Antes de terminar el fin de semana sabremos si el fútbol tiene lógica o si nos permite aún ver sopresas de aquellas que emocionan.
Misión harto complicada la peruana. Ambas selecciones han ido en una evolución inversa durante este torneo. Mientras Argentina fue demoliendo rivales a punta de goles e individualidades, pero poco a poco sus jugadores han ido acoplándose y se nota ya un poco más de juego colectivo, Perú tuvo un debut que invito a soñar y poco a poco el sueño casi termina en una vergonzosa pesadilla (irse eliminado en un grupo compartido con Venezuela y Bolivia, si no era vergonzoso, me dejan saber que otra cosa hubiera sido). De un orden sustentado en el propio reconociendo de sus limitaciones, la blanquirroja terminó en un monumental zafarrancho de desorden donde sólo la cabeza de Pizarro, la Divina Providencia y la Sarita Colonia permitieron que llegáramos a la segunda instancia donde (otra vez) nos toca bailar con la más fea.
Me imagino -porque con Uribe uno en realidad no puede hacer otra cosa que aventurar hipótesis que sólo Dios sabe que es lo que finalmente hará-, que Perú volverá al 3-5-2 del partido inaugural, que en realidad es un mero formalismo, ya que en la práctica se convierte en un 5-3-2 defensivo y expectante de lo que se pueda hacer al contragolpe esperanzados en la capacidad de los tres mosqueteros, hoy convertidos en dos ante la lesión de Farfán. Imagino que volverá Santiago Acasiete a la defensa, que sin ser un Chumpitaz o un Julio Meléndez, en medio de los vacíos de la actual defensa peruana, hacer valer aquello que en tierra de ciegos el tuerto es rey (hablo de la actual defensa, porque me imagino que en las eliminatorias, el Loquito Vargas y Nolberto Solano tendrán que ser titulares indiscutibles en la misma como bien dice mi hermano Coquín). Habrá que ver que hace en el medio Uribe, si vuelve Bazalar, si vuelve García, si Mariño sigue arrancando de titular. Todas son hipótesis. Arribas esperemos que Claudio siga aprovechando las oportunidades que se le puedan presentar mañana y que Paolo además de su incuestionable garra ahora también facture con goles. Si algo tiene flojito Argentina es su defensa, en especial por el lado de Heinze, ese afortunado jugador que sin ser nada del otro mundo juega en el Manchester y en la selección argentina ¡y de titular! así que ojalá que se pueda aprovechar algún desliz por ese lado.
Por el lado argentino que se puede decir. Si su defensa falla, del medio para arriba mata. Por calidad y por contundencia. Por individualidades y por ensamblaje en equipo cuando así se deciden. Si están en su día habrá que rezar para que la defensa peruana esté a la altura de la circunstancia. Y esperar.
Uno quiere de corazón que Perú dé la sorpresa. La objetividad sugiere que el favorito mañana es Argentina. Veremos que pasa. Antes de terminar el fin de semana sabremos si el fútbol tiene lógica o si nos permite aún ver sopresas de aquellas que emocionan.
Aguante Anita
No, no es una modelo aunque tranquilamente podría serlo. Es una de las mejores tenistas del mundo en la actualidad (sexta del ranking antes de Wimbledon, donde acaba de perder en la semifinal con la inacabable Venus Williams), y con sus diecinueve años, toda una promesa de muchos éxitos deportivos... y de mucha belleza en los courts de tenis en el circuito femenino.
Ana Ivanovic, que así se llama la muchacha para los que no la conocen, conforma junto a Novan Djokovic y Jelena Jancovic, el triunvirato tenístico serbio que es pasión de multitudes en su país (basta darse una vueltecita por youtube para ver el recibimiento multitudinario que les dieron tras Roland Garros, parecía la Plaza de Mayo recibiendo a los argentinos tras la Copa del Mundo de México 86). Jóvenes, simpáticos y sobre todo excelentes deportistas (Jancovic es la tercera del mundo y Novan el quinto en los varones), son parte de la nueva generación de tenistas que permiten a los aficionados al deporte blanco mantener la esperanza de seguir viendo en este deporte jugadores que aseguren el espectáculo y el buen juego.
A diferencia de la otra Ana, la inbancable rusita Kournikova, la Ivanovic no sólo es belleza sino también talento. Y si bien ya venía dando muestras del mismo, es en este 2007, en donde su explosión tenística se hace cada vez más evidente. Ganadora del abierto de Alemania, finalista en Toray y en Roland Garros, donde los nervios de su primera final y una impasable Justine Henin le pasaron la factura, y semifinalista ahora en Wimbledon, hacen que con su récord de 31-12 hasta el momento, este año pueda estar marcando un punto de despegue en su carrera.
Habrá que ver si es que estamos ante una futura número uno en ciernes (y si se convierte en una realidad a corto plazo el tener reiterados duelos serbios en las finales entre Ivanovic y Jancovic), o si estamos ante alguna de aquellas tenistas que aparecen con mucha intensidad y luego como estrellas fugaces, desaparecen en el firmamento como una más entre las otras. Las condiciones las tiene: un juego sustentado en una derecha muy afinada y un revés a dos manos muy potente. Velocidad para llegar a la red cuando es apremiada con algún drop shot y todas las ganas de ganar.
Todo el mundo habla de la Sharapova. La realidad concreta es que Justine Henin y Amelie Mauresmo dominan el circuito en hoy día. Pero mientras tanto a mí dejenme jugarle unos boletitos a la Ivanovic, en tanto averiguamos hasta donde puede llegar, y hacerle el aguante en el futuro inmediato en los próximos torneos de tenis femenino. En el interín, disfruten de toda su belleza, y cuando vean los torneos en la tele, pónganle atención.
martes, 3 de julio de 2007
Un desastre de clasificación
Perú 2 - Bolivia 2
¿A qué jugó Perú? No tengo ni la menor idea. Cuando uno lo ve a Acasiete, el defensa más regular de los dos partidos anteriores, sufriendo desde el banco, y lo ve a 'Cachete' Zuñiga (con todo respeto por el buen Cachete, ¿qué hace en la selección?) marcando a un boliviano en el área chica ¡peruana!, llega a la conclusión que el desmadre en el equipo fue tan monumental que ni siquiera se puede decir que hubo desorden. No hubo nada.
O sí. Hubo un entrenador que desarmó su equipo, que insiste en poner jugadores en posiciones donde no suelen jugar (cómo si tuviéramos sobreabundancia, los pocos buenos tienen que jugar en lugares no acostumbrados... ¡o los sienta al banco!), hubo jugadores que mostraron que están verdes, como la camiseta boliviana, para jugar en un campeonato de esta envergadura, caso Villamarín, caso d la Haza, no se diga ya, el irresponsable Herrera (¿Uribe no hace nada para controlar reacciones como las de García o Herrera?), hubo un equipo partido por la mitad como si por el mediocampo pasara Moisés en medio de las aguas y estas aguas fueran la delantera y la defensa: incomunicadas sin posibilidad de tener nexo alguno, hubo demasiado sufrimiento ante un rival ordenadito en sus limitaciones, hubo demasiado premio en una clasificación que durante la mayor parte del partido no se merecía...
Hubo, claro, luces en medio de la oscuridad. Paolo, siempre Paolo, poniéndole su apellido a cada partido, Mariño que nadando en la irregularidad, tuvo un guante en el pie para los dos pases de gol, y Pizarro, el querido y el odiado Pizarro, silenciando a todos aquellos que pedían lo relegaran a la banca (¿quien hubiera hecho los goles entonces?). A Dios gracias se salió de su regularidad en materia de no convertir, y a falta de uno hizo dos goles como tanto se lo veníamos reclamando.
Y nada más. Uno se queda pensando si esta sufrida clasificación es un premio o un castigo. Porque el rival que viene o es Paraguay, uno de los equipos más fuertes del torneo, o es ¡Argentina! el candidato a ganar la Copa. Y si jugamos como el sábado o como hoy, no es paliza la que nos vamos a llevar al Jorge Chávez de regreso... ¡que Dios nos coja confesados!
Ojalá, que el domingo, aunque probablemente no pueda ver el partido, pueda comentar mi alegría de un triunfo histórico de Perú, aunque sea a punta de invidualidades, ya que no espero mucho del planteamiento como equipo. Suena a utopía de magnitudes gigantescas, pero bueno... desde que Estados Unidos le ganó por allá en el 50 por 1 a 0 a los ingleses cuando estos eran supuestamente imbatibles, cualquier cosa puede pasar... incluyendo que este Perú sin pies ni cabeza (salvo la de Pizarro) le pueda ganar al primero del grupo más fuerte del torneo...
Si tengo que ser objetivo ahora, firmo un partido digno con un resultado luchado... ojalá que los sueños de mi subjetividad prevalezcan sobre el escepticismo de mi objetividad...aunque jugando así, no hay mañana, no hay mañana.
Clasificamos... y que raro que no haya motivación para gritarlo...
¿A qué jugó Perú? No tengo ni la menor idea. Cuando uno lo ve a Acasiete, el defensa más regular de los dos partidos anteriores, sufriendo desde el banco, y lo ve a 'Cachete' Zuñiga (con todo respeto por el buen Cachete, ¿qué hace en la selección?) marcando a un boliviano en el área chica ¡peruana!, llega a la conclusión que el desmadre en el equipo fue tan monumental que ni siquiera se puede decir que hubo desorden. No hubo nada.
O sí. Hubo un entrenador que desarmó su equipo, que insiste en poner jugadores en posiciones donde no suelen jugar (cómo si tuviéramos sobreabundancia, los pocos buenos tienen que jugar en lugares no acostumbrados... ¡o los sienta al banco!), hubo jugadores que mostraron que están verdes, como la camiseta boliviana, para jugar en un campeonato de esta envergadura, caso Villamarín, caso d la Haza, no se diga ya, el irresponsable Herrera (¿Uribe no hace nada para controlar reacciones como las de García o Herrera?), hubo un equipo partido por la mitad como si por el mediocampo pasara Moisés en medio de las aguas y estas aguas fueran la delantera y la defensa: incomunicadas sin posibilidad de tener nexo alguno, hubo demasiado sufrimiento ante un rival ordenadito en sus limitaciones, hubo demasiado premio en una clasificación que durante la mayor parte del partido no se merecía...
Hubo, claro, luces en medio de la oscuridad. Paolo, siempre Paolo, poniéndole su apellido a cada partido, Mariño que nadando en la irregularidad, tuvo un guante en el pie para los dos pases de gol, y Pizarro, el querido y el odiado Pizarro, silenciando a todos aquellos que pedían lo relegaran a la banca (¿quien hubiera hecho los goles entonces?). A Dios gracias se salió de su regularidad en materia de no convertir, y a falta de uno hizo dos goles como tanto se lo veníamos reclamando.
Y nada más. Uno se queda pensando si esta sufrida clasificación es un premio o un castigo. Porque el rival que viene o es Paraguay, uno de los equipos más fuertes del torneo, o es ¡Argentina! el candidato a ganar la Copa. Y si jugamos como el sábado o como hoy, no es paliza la que nos vamos a llevar al Jorge Chávez de regreso... ¡que Dios nos coja confesados!
Ojalá, que el domingo, aunque probablemente no pueda ver el partido, pueda comentar mi alegría de un triunfo histórico de Perú, aunque sea a punta de invidualidades, ya que no espero mucho del planteamiento como equipo. Suena a utopía de magnitudes gigantescas, pero bueno... desde que Estados Unidos le ganó por allá en el 50 por 1 a 0 a los ingleses cuando estos eran supuestamente imbatibles, cualquier cosa puede pasar... incluyendo que este Perú sin pies ni cabeza (salvo la de Pizarro) le pueda ganar al primero del grupo más fuerte del torneo...
Si tengo que ser objetivo ahora, firmo un partido digno con un resultado luchado... ojalá que los sueños de mi subjetividad prevalezcan sobre el escepticismo de mi objetividad...aunque jugando así, no hay mañana, no hay mañana.
Clasificamos... y que raro que no haya motivación para gritarlo...
lunes, 2 de julio de 2007
Un jugador distinto
Hoy pude ver el partido de Argentina con Colombia. Partido bastante áspero en los primeros minutos cortesía de la permisividad de un árbitro lamentable para ambos equipos, donde Colombia volvió a desconcertar por la facilidad con la que pasa de un arranque a todo vapor a una dejadez exasperante en medio de un 1-3 abajo, y donde Argentina volvió a meter cuatro goles en virtud a las tremendas individualidades que tiene, más no por un juego en conjunto del cual uno pueda rescatar mucho. En realidad de hecho la defensa argentina, con Heinze a la cabeza, hace agua cuando le tocan el balón y ahora además en lo que siempre fue su fuerte, la pelota aérea, pero del medio para arriba le bastan chispazos de Verón, detalles de Riquelme, el sacrificio de Mascherano, y claro, la calidad distinta, especial, de un jugador que hace ver el fútbol como el juego más sencillo del mundo: Leonel Messi.
Messi tiene velocidad -mucha velocidad-, cambio de ritmo, quiebre en una baldosa, valor y guapeza, sin arrugar ante rivales que le doblan en tamaño y parece que tuviera ojos en la nuca para tocar la bola y hacer paredes con jugadores que solamente después de un segundo salen tras su pase al vacío. Es un jugador que uno disfruta verlo jugar al fútbol y la verdad es que como aficionado a este deporte uno lo que desea y espera es que el muchacho siga desarrollando todo su potencial y esté libre de lesiones para seguir viendo arte en medio de tanto destructor del fútbol que merodea las canchas por estos días.
Y hablando de ello, a la distancia uno ha leído maravillas de uno que podría ser la esperanza peruana en un futuro no muy lejano. Cómo por aquí no pasan los partidos de la sub-17 debo preguntar a los que lo han visto: ¿Reimond Manco tiene las condiciones para ser nuestro jugador distinto y devolver las alegrías a la blanquirroja peruana?
Hablando de Perú, ojalá que mañana volvamos a desconocernos y juguemos bien y seamos efectivos...y ganemos... que para vergüenzas ya tuvimos una con Venezuela. Dos derrotas en tres días sería demasiado hasta para el más indiferente de los peruanos.
Messi tiene velocidad -mucha velocidad-, cambio de ritmo, quiebre en una baldosa, valor y guapeza, sin arrugar ante rivales que le doblan en tamaño y parece que tuviera ojos en la nuca para tocar la bola y hacer paredes con jugadores que solamente después de un segundo salen tras su pase al vacío. Es un jugador que uno disfruta verlo jugar al fútbol y la verdad es que como aficionado a este deporte uno lo que desea y espera es que el muchacho siga desarrollando todo su potencial y esté libre de lesiones para seguir viendo arte en medio de tanto destructor del fútbol que merodea las canchas por estos días.
Y hablando de ello, a la distancia uno ha leído maravillas de uno que podría ser la esperanza peruana en un futuro no muy lejano. Cómo por aquí no pasan los partidos de la sub-17 debo preguntar a los que lo han visto: ¿Reimond Manco tiene las condiciones para ser nuestro jugador distinto y devolver las alegrías a la blanquirroja peruana?
Hablando de Perú, ojalá que mañana volvamos a desconocernos y juguemos bien y seamos efectivos...y ganemos... que para vergüenzas ya tuvimos una con Venezuela. Dos derrotas en tres días sería demasiado hasta para el más indiferente de los peruanos.
domingo, 1 de julio de 2007
Hoy un juramento, mañana una traición...
...triunfos de la selección peruana, flores de un día son...
Perú 0 - Venezuela 2
Ni modo, la gitanería está instalada como una garrapata irremediable en el corazón del fútbol peruano. Y el masoquismo y la ilusa candidez también está enquistada en la mayoría de los seguidores de nuestra selección, me incluyo. Solamente así se explica como se pasa del cielo al infierno de martes a sábado, y cómo tras haber vuelto a entusiasmarnos con el 3-0 ante Uruguay, hoy nuevamente volvemos al escepticismo propio de las derrotas del pasado reciente.
No se si da más bronca la derrota en sí, la decepción por la expectativa creada, o que la derrota haya sido ante un equipo como el venezolano, débil, limitado y mediocre, lo que obviamente no habla nada bien de la selección peruana tampoco. Lo cierto es que el equipo no funcionó, partido como se veía entre el bloque defensivo y los tres mosqueteros de arriba, esta vez aislados del resto del equipo y aislados entre ellos mismos, abandonados a la suerte de alguna individualidad que nunca llegó a concretarse más allá del par de oportunidades que tuvo Guerrero, y del penal no cobrado a Pizarro, que mantiene una regularidad asombrosa en su labor como delantero de la selección: no convierte nunca con la blanquirroja.
Fue un partido flojito, malo como espectáculo. Claro está, para los venezolanos debe haber sido una jornada epopéyica... tenía que ser justo Perú el que diera lugar al segundo -sí, apenas el segundo- triunfo de los vinotinto en su historia de Copa América. La distinción de ser los únicos derrotados por el equipo de un país donde el béisbol es el deporte rey, la compartimos con Bolivia, la selección más débil del continente desde hace tiempo, digamos que desde que Venezuela decidió dejar de ser la cenicienta.
Esta vez no hubo individualidades que destacar. Si hasta el cholo Acasiete se contagió de imprecisiones, Paolo luchó sólo contra el mundo pero con suerte esquiva en la definición y el propio Mariño amagó más de lo que concretó. Encima esta vez los cambios no dieron el fruto del partido pasado. Mendoza es Mendoza y no se le puede pedir nada más y Cachete Zuñiga entró, pero creo que con las justas lo ví tocar la pelota un par de veces cuando mucho. Cuando después del primer gol, Perú intento reaccionar, el par de intentos del tridente ofensivo, dejo translucir que la defensa venezolana era una invitación al ataque -Bolivia ya lo demostró-, pero no hubo caso. Todo se diluyó en imprecisiones y buenas intenciones concluidas en malas definiciones.
Y es que Perú volvió a jugar como Perú. Y en consecuencia uno volvió a sufrir y a amargarse, como todo buen seguidor de la selección suele sufrir y amargarse, al menos desde hace más de 25 años, cuando aquella generación dorada de los Cueto, Cubillas y Velásquez comenzó a decir adiós y dio paso a frustraciones a granel.
Ahora viene Bolivia. Perú clasifica a la siguiente ronda con el empate. Pero así como luego del partido con Uruguay uno soñaba con comerse vivo a los que venían, ahora luego de la derrota son más dudas que certezas las que surgen ante un partido en el que los muchachos bolivianos se juegan también su clasificación, porque si nos ganan, los que clasifican serían ellos. Uno ya no sabe que pensar, básicamente porque uno no sabe que Perú esperar. El Perú tan poco usual como el que jugó contra Uruguay. El Perú que juega como Perú que vimos esta noche. O un nuevo Perú que para bien o para mal reafirme esa lamentable sensación que de Perú uno puede esperar cualquier cosa y que en consecuencia, allí donde hoy hubo una traición, el martes pueda haber un nuevo juramento, para que otra vez vuelva uno irremediablemente necio a ilusionarse con tiempos mejores que nos permitan rebatir aquello que todo tiempo pasado fue mejor.
Esperaremos pues con la incertidumbre que sugiere la razón y con la esperanza que se niega a abandonar el corazón.
Perú 0 - Venezuela 2
Ni modo, la gitanería está instalada como una garrapata irremediable en el corazón del fútbol peruano. Y el masoquismo y la ilusa candidez también está enquistada en la mayoría de los seguidores de nuestra selección, me incluyo. Solamente así se explica como se pasa del cielo al infierno de martes a sábado, y cómo tras haber vuelto a entusiasmarnos con el 3-0 ante Uruguay, hoy nuevamente volvemos al escepticismo propio de las derrotas del pasado reciente.
No se si da más bronca la derrota en sí, la decepción por la expectativa creada, o que la derrota haya sido ante un equipo como el venezolano, débil, limitado y mediocre, lo que obviamente no habla nada bien de la selección peruana tampoco. Lo cierto es que el equipo no funcionó, partido como se veía entre el bloque defensivo y los tres mosqueteros de arriba, esta vez aislados del resto del equipo y aislados entre ellos mismos, abandonados a la suerte de alguna individualidad que nunca llegó a concretarse más allá del par de oportunidades que tuvo Guerrero, y del penal no cobrado a Pizarro, que mantiene una regularidad asombrosa en su labor como delantero de la selección: no convierte nunca con la blanquirroja.
Fue un partido flojito, malo como espectáculo. Claro está, para los venezolanos debe haber sido una jornada epopéyica... tenía que ser justo Perú el que diera lugar al segundo -sí, apenas el segundo- triunfo de los vinotinto en su historia de Copa América. La distinción de ser los únicos derrotados por el equipo de un país donde el béisbol es el deporte rey, la compartimos con Bolivia, la selección más débil del continente desde hace tiempo, digamos que desde que Venezuela decidió dejar de ser la cenicienta.
Esta vez no hubo individualidades que destacar. Si hasta el cholo Acasiete se contagió de imprecisiones, Paolo luchó sólo contra el mundo pero con suerte esquiva en la definición y el propio Mariño amagó más de lo que concretó. Encima esta vez los cambios no dieron el fruto del partido pasado. Mendoza es Mendoza y no se le puede pedir nada más y Cachete Zuñiga entró, pero creo que con las justas lo ví tocar la pelota un par de veces cuando mucho. Cuando después del primer gol, Perú intento reaccionar, el par de intentos del tridente ofensivo, dejo translucir que la defensa venezolana era una invitación al ataque -Bolivia ya lo demostró-, pero no hubo caso. Todo se diluyó en imprecisiones y buenas intenciones concluidas en malas definiciones.
Y es que Perú volvió a jugar como Perú. Y en consecuencia uno volvió a sufrir y a amargarse, como todo buen seguidor de la selección suele sufrir y amargarse, al menos desde hace más de 25 años, cuando aquella generación dorada de los Cueto, Cubillas y Velásquez comenzó a decir adiós y dio paso a frustraciones a granel.
Ahora viene Bolivia. Perú clasifica a la siguiente ronda con el empate. Pero así como luego del partido con Uruguay uno soñaba con comerse vivo a los que venían, ahora luego de la derrota son más dudas que certezas las que surgen ante un partido en el que los muchachos bolivianos se juegan también su clasificación, porque si nos ganan, los que clasifican serían ellos. Uno ya no sabe que pensar, básicamente porque uno no sabe que Perú esperar. El Perú tan poco usual como el que jugó contra Uruguay. El Perú que juega como Perú que vimos esta noche. O un nuevo Perú que para bien o para mal reafirme esa lamentable sensación que de Perú uno puede esperar cualquier cosa y que en consecuencia, allí donde hoy hubo una traición, el martes pueda haber un nuevo juramento, para que otra vez vuelva uno irremediablemente necio a ilusionarse con tiempos mejores que nos permitan rebatir aquello que todo tiempo pasado fue mejor.
Esperaremos pues con la incertidumbre que sugiere la razón y con la esperanza que se niega a abandonar el corazón.
martes, 26 de junio de 2007
Una hermosa invitación para soñar despierto
Perú 3 - Uruguay 0
No fue el debut soñado. Porque ni en mis más felices sueños había considerado este debut peruano en la Copa América. Si alguno lo tenía tan claro, lo felicito, pero honestamente lo mío era una expresión de deseo, sin mucho fundamento considerando los últimos resultados de mi querida selección en competencias oficiales.
Incluso cuando Eduardo, el simpático colombiano administrador de SteakHouse, el local donde fui a ver el partido, me recibió con un 'hoy ganan ustedes por tres goles', sonreí, le agradecí y le dije 'ojalá que Dios te escuche, de verdad, si me das un 1-0 y sufriendo, yo te lo firmo ya mismo'. Quería creer, quería confiar, quería soñar, pero las reiteradas decepciones generaban la duda permanente.
No fue el debut soñado. Porque ni en los mejores sueños hubiera previsto que la defensa peruana tuviera el orden y la solidez que tuvo esta noche; que jugadores como Pedrito García guapeen contra rivales que le sacaban casi dos cabezas; que mi selección se viera tan tremendamente superior durante casi todo el partido a una selección de tanta tradición como la uruguaya; que nos olvidemos totalmente de que se nos anuló un gol injustamente, porque teníamos tres de ventaja; que contrario a nuestra mala costumbre, tuviéramos una gran efectividad para concretar las oportunidades anotadas. No, no había previsto o habia dejado de esperar -aunque no por eso dejaba de alentar- que un buen día Peru iba a jugar como siempre queremos los peruanos que juegue Perú.
(Foto disponible en www.yahoo.com)
No fue el debut soñado, porque fue más allá de lo deseado. Un buen planteamiento, un arquero seguro -vital Butrón sacando esa media chalaca abajo, donde le duele a los arqueros, cuando el partido iba 1 a 0-, descollantes en defensa Villalta, Rodríguez y especialmente el cholo Acasiete ¡cuánta seguridad que dio, como ha madurado en España!, bien paradito el medio campo, siempre viéndose más camisetas blancas que celestes en la pantalla, peligrosos en ataque y solidarios en la marca los tres mosqueteros 'europeos': Claudio, Paolo y la Foquita. Es verdad que el rival no jugó a nada, pero estemos claros: puede que una parte de eso sea responsabilidad de los uruguayos, pero otra parte no menor fue por mérito de Perú, que salió a jugarle como no se lo esperaban y que le plantó un equipo que no se achicó nunca y jugó como si el de la garra y el de la tradición fuera el equipo de la blanquirroja y no el celeste.
¡Cuánto tiempo que no gritaba los goles de Perú en la forma en la que los grité hoy! ¡Y encima tres goles! Especialmente el segundo, el de Mariño. Por el golazo que fue y porque marcaba una diferencia en el momento justo, dejando la sensación que ya el partido no se nos podía ir, que el triunfo ansiado se convertía en grata realidad.
Ahora viene el reto que no se trate de una flor de un día, y que el ladito gitano de nuestros futbolistas lo hayan dejado en nuestras canchas y no lo hayan llevado a Venezuela, y que el sábado se reafirme con hechos, goles y otros triunfo lo que vimos hoy.
Mientras tanto, si bien es cierto que no fue un debut soñado, si fue un debut que me dejo alegre y medio afónico... y me otorgó a mí -y estoy seguro que a todos los peruanos- una hermosa invitación a soñar despierto...
¡Arriba Perú!
No fue el debut soñado. Porque ni en mis más felices sueños había considerado este debut peruano en la Copa América. Si alguno lo tenía tan claro, lo felicito, pero honestamente lo mío era una expresión de deseo, sin mucho fundamento considerando los últimos resultados de mi querida selección en competencias oficiales.
Incluso cuando Eduardo, el simpático colombiano administrador de SteakHouse, el local donde fui a ver el partido, me recibió con un 'hoy ganan ustedes por tres goles', sonreí, le agradecí y le dije 'ojalá que Dios te escuche, de verdad, si me das un 1-0 y sufriendo, yo te lo firmo ya mismo'. Quería creer, quería confiar, quería soñar, pero las reiteradas decepciones generaban la duda permanente.
No fue el debut soñado. Porque ni en los mejores sueños hubiera previsto que la defensa peruana tuviera el orden y la solidez que tuvo esta noche; que jugadores como Pedrito García guapeen contra rivales que le sacaban casi dos cabezas; que mi selección se viera tan tremendamente superior durante casi todo el partido a una selección de tanta tradición como la uruguaya; que nos olvidemos totalmente de que se nos anuló un gol injustamente, porque teníamos tres de ventaja; que contrario a nuestra mala costumbre, tuviéramos una gran efectividad para concretar las oportunidades anotadas. No, no había previsto o habia dejado de esperar -aunque no por eso dejaba de alentar- que un buen día Peru iba a jugar como siempre queremos los peruanos que juegue Perú.
(Foto disponible en www.yahoo.com)
No fue el debut soñado, porque fue más allá de lo deseado. Un buen planteamiento, un arquero seguro -vital Butrón sacando esa media chalaca abajo, donde le duele a los arqueros, cuando el partido iba 1 a 0-, descollantes en defensa Villalta, Rodríguez y especialmente el cholo Acasiete ¡cuánta seguridad que dio, como ha madurado en España!, bien paradito el medio campo, siempre viéndose más camisetas blancas que celestes en la pantalla, peligrosos en ataque y solidarios en la marca los tres mosqueteros 'europeos': Claudio, Paolo y la Foquita. Es verdad que el rival no jugó a nada, pero estemos claros: puede que una parte de eso sea responsabilidad de los uruguayos, pero otra parte no menor fue por mérito de Perú, que salió a jugarle como no se lo esperaban y que le plantó un equipo que no se achicó nunca y jugó como si el de la garra y el de la tradición fuera el equipo de la blanquirroja y no el celeste.
¡Cuánto tiempo que no gritaba los goles de Perú en la forma en la que los grité hoy! ¡Y encima tres goles! Especialmente el segundo, el de Mariño. Por el golazo que fue y porque marcaba una diferencia en el momento justo, dejando la sensación que ya el partido no se nos podía ir, que el triunfo ansiado se convertía en grata realidad.
Ahora viene el reto que no se trate de una flor de un día, y que el ladito gitano de nuestros futbolistas lo hayan dejado en nuestras canchas y no lo hayan llevado a Venezuela, y que el sábado se reafirme con hechos, goles y otros triunfo lo que vimos hoy.
Mientras tanto, si bien es cierto que no fue un debut soñado, si fue un debut que me dejo alegre y medio afónico... y me otorgó a mí -y estoy seguro que a todos los peruanos- una hermosa invitación a soñar despierto...
¡Arriba Perú!
miércoles, 20 de junio de 2007
La enorme alegría de ser de Boca
Recuerdo allá por el año 1981 cuando el recordado Pochito Rospigliosi en su programa Gigante Deportivo, mostró 'en exclusiva' las imagenes de Maradona jugando su primer clásico con Boca frente a river en la Bombonera. Obvio, era un partido que se había jugado semanas atrás (el 10 de abril de 1981), pero así nos traía las cosas Pocho y los amantes del deporte podíamos ver mejor tarde que nunca, fútbol argentino y el basquet de la NBA, que por aquellas épocas tenía aquellos duelos épicos entre Bird y Magic, entre Celtics y Lakers.
Nunca me olvidaré entonces de esas imágenes de Maradona y su golazo desperdigando por el suelo a Fillol y rompiéndole la cintura a Tarantini, para luego salir corriendo a gritarlo y dar el clásico saltito marca registrada de Diego. Por encima de eso -y del fotógrafo que por seguir a Maradona se tropieza y cae en medio de la celebración- recuerdo haber quedado prendado de la sensación de pasión fútbolera que me generó la imagen de la celebración de la tribuna detrás del arco de Fillol y el movimiento de la cámara de televisión, síntoma inequívoco que ese estadio rugía de tal forma que hasta las plataformas de televisión temblaban. Pasional como soy con los deportes, aquella imagen me sedujo, y sin saberlo en aquel momento se inició un romance con fecha de inicio pero sin fecha de expiración (Cómo con mi Alianza Lima querido; sé que mis amigos hinchas de la u, vínculan a su equipo con Boca -al menos las barras siempre de las han copiado sin empacho-, pero en aquel momento, sin objetividad alguna y con pura pasión futbolera yo relacioné a Boca y su tribuna, con mi Alianza y su entrañable Tribuna Sur, donde se colocan aquellos íntimos que saltan y cantan durante todo el partido).
Tuve suerte de consolidar mi enamoramiento bostero aquel 1981, ya que Boquita salió campeón con aquel equipo de Maradona, Brindisi y compañía. Pochito siguió llevando videos donde uno incluso empezó a conocer los relatos de Mauro Viale y los comentarios de Macaya Márquez y toda la euforia boquense de ese campeonato terminó de contagiarme. Y el romance arrancó.
¡Ni me imaginaba que década funesta en materia de resultados tendría en los ochentas en materia futbolística! En Perú mi Alianza no sólo no ganó un título -no lo haría desde 1978 hasta 1997-, sino que además sufrió la durísima pérdida de un plantel completo en el año 87. Y Boquita, mi novel romance, empezó una sequía de títulos que no podía ser saciada por los numerosos campeonatos de verano que ganaba cada inicio de año. Pero cosa rara, quizás eso fue lo mejor que pudo pasar. Porque resulta que yo soy más hincha en las malas, y mi vínculo sentimental con mis equipos se fortalece en las malas. Mi pasión grone se hizo indestructible entre cantos de 'quinceañera' y 'cag.....', y el romance con Boquita se hizo más fuerte en aquellos ochentas de escasos éxitos deportivos.
Además en el colegio encontré un cómplice de esta pasión: mi amigo Jhery, otro bostero de los buenos. En aquellas épocas sin internet ni cable, me acuerdo como hoy los esfuerzos titánicos que hacíamos para buscar y luego casi rogar al del kiosko del periódico que por favor cuando le llegara El Gráfico -con dos semanas de delay- nos guardara uno para poder ver dos cosas: como le había ido a Franco Enrique Navarro, que tenía a todos los peruanos haciendo fuerza por que le vaya bien en su experiencia en Independiente, y como le había ido a Boca. Y con la atesorada revista en las manos íbamos acrecentando nuestro bosterismo. Y el buen Jhery que hasta el look de Comitas (aquel habilidoso puntero de finales de los ochenta) tenía, y yo que me hacía ilusiones con cada técnico que llegaba a Boca, en la esperanza de sacarse la mufa y ganar un título. Y ahí venía Saporiti, y en cinco partidos se iba Saporiti, y ahí venía Menotti, y quedamos cerca, pero nada; y ahí llegaba el Pato Pastoriza y con él el Mono Navarro Montoya, Perazzo, Marangoni, y nada. Pero como digo, más dolía la derrota, más bostero me hacía.
Y ese sentimiento creció ya en la universidad, cuando uno le siguió la pista a aquel inolvidable Boca del 91 dirigido por el Maestro Tavarez, que ganó invicto uno de los campeonatos de ese año, pero que por las particularidades del fútbol argentino, terminó siendo campeón sin corona al perder por penales una definición con Newells, donde no tenía a Batistuta y Latorre, dos de sus pilares. ¡Qué equipazo aquél! el Mono, Simón, Hrabina, Blas Giunta, Pico, Latorre -antes de convertirse en laturra-, Graciani, Bati, un equipazo que nos dejó un recuerdo inolvidable aquel clásico de Libertadores en el que tras ir perdiendo 1-3 contra el eterno rival, terminaríamos ganando 4-3 en una Bombonera que esa noche se caía de la emoción.
Finalmente, en los noventa vino por fin el ansiado título en el 92, los halcones y las palomas, el inicio de la era Macri, con Bilardo, las vueltas de Maradona, y unos noventa a los trompicones mientras river se cansaba de salir campeón. Eso sí, en medio de esa racha gallinácea, a los de Nuñez no se les puede olvidar que en esa década se hace fuerte la paternidad bostera con una racha de 13 partidos oficiales consecutivos sin poder ganarnos, aún cuando triunfáramos a punta de goles de nuca.
Todo lo anterior sirve para ilustrar que la pasión bostera viene de antaño y no de ahora. Porque ciertamente, el Perú se volvió xeneize cuando Ñol Solano llegó a Boca y tras la salida de Nolberto, siguiendo al Chino Peresa aunque con menor intensidad porque este si bien salió campeón, nunca llegó a llenar las expectativas de nadie. Y entre Solano y Pereda se inició el ciclo Bianchi y de allí en adelante creo que la historia es conocida por todos. En 9 años Boca ha ganado todo lo que se podía ganar y es el equipo que más títulos internacionales ha ganado, nuevamente uno por encima del Milán. Se fue Bianchi, vinieron otros y siguieron los títulos. Basile tuvo un año que valió por cinco títulos más, Russo arrancó ganando apenas otra Libertadores, si hasta el Chino Benitez se dio el gusto de ganar una Sudamericana, antes de marcar su carrera con el infeliz episodio ante Chivas. Pasaron los hombres y Boquita ahí, convertido en una institución modelo, sin duda el más grande equipo de sudamérica en la última década y si me dejan decirlo, no sería descabellado decir que el más exitoso del mundo en lo que va del siglo -¿que otro equipo ha ganado tanto como Boca en el siglo XXI?-.
Paternidad bostera ante los hijos nuestros, paternidad bostera ante los brasileros, hijos nuestros también especialmente en la especialidad de la casa: ganar Copas Libertadores en estadios brasileños. Un equipo que a la hora de las definiciones, saca a relucir experiencia, casta, juego, técnica y corazón. ¡Cuántas alegrías en estos últimos tiempos! Uno sabe que el fútbol es rachas y piensa que en algún momento se va a pasar, que estamos malacostumbrados a ganar, pero Boca parece empeñado en hacer del ganar títulos una sana costumbre.
Yo no puedo olvidar que por Boca conocí gente amiga con la que aún tengo la suerte de seguir en contacto aún a la distancia. Tremendas personas: mi querida Judy, Adri, mis hermanos bosteros -y mayores-, Gerardo, Kelly, Andrés. Cómo olvidar la experiencia inolvidable de vivir un partido de Boca en la Bombonera, siendo parte de ese corazón que late que es ese estadio, que es esa hinchada, la misma experienca de pisar la Bombonera por primera vez allá el 97 y gastarme rollo y medio de aquellos de 36 fotos cuando todavía las cámaras digitales eran una exclusividad. mientras se me piantaba el lagrimón de la emoción de estar en ese Templo del fútbol. Ahora, aún con la emoción de la sexta Libertadores ganada en mi corazón, no puedo olvidar la alegría de todos esos títulos de estos últimos años. Cada Libertadores, cada título local, cada Sudamericana, ¡cada Intercontinental! Si hasta una de las pocas definiciones perdidas no me dejo tan dolorido, porque se la terminó ganando un equipo peruano, el Cienciano; que si le va a ganar alguien, que sea peruano ¿no?
Este título se goza de forma especial porque desde diciembre del año pasado tenía la espina atragantada en la garganta del increíble título que dejamos ir con Lavolpe. Teníamos que ganar algo pronto para enterrar en el rincón de los (malos) recuerdos ese final de campeonato. Luchamos el campeonato y no pudo ser, quedó en las manos de San Lorenzo en muy buena lid. Luchamos la Copa y tras pasar una complicada serie inicial, el equipo fue creciendo conforme avanzó la Copa. Duro fue el cruce con Vélez. Dura la serie con Libertad, aunque ahí fue cuando el equipo dejó en claro que cuando se necesitaba sacaba la casta de campeón. Lucía mal, muy mal el duelo con Cúcuta, resuelto cantando bajo la niebla. Y creo que el 5-0 global frente a Gremio hace innecesarios los comentarios y también las objeciones aún de los más anti-bosteros. Una campaña con un referente tremendo, indiscutible: Juan Román Riquelme, suelto en cancha en su máxima expresión y madurez. Pilar de este triunfo. Figura de lujo de un plantel donde la regularidad de sus integrantes fue increscendo. Seguro Caranta en el arco, cumplidor Clemente. Sólidos en estos 180 minutos finales el Cata y Morel -que garra paragua, que garra-. Garantía de triunfo hasta por cábala el Negro Ibarra de mil batallas, todas ganadas. Tremendo el chico Ledesma y aprendiendo una enormidad para el futuro de su carrera el muchacho Banegas. Conmovedor Martín en su entrega generosa para meter y luchar todas las pelotas. Fue Riquelme y fue todo el equipo también con un rendimiento que permitió esconder sin mucho ruido a Palacio y a Nery medio perdidos en la búsqueda de sus verdaderos rendimientos. Fue Russo a quien hay que reconocerle decisiones como apostarle todo a Caranta, un desconocido para muchos. Fue Bataglia, vuelto a la vida, y que además que aportar su granito de arena aportaba siempre algún gol que llegaba de forma inexorable minutos después de cada ingreso suyo en los segundos tiempos (entró contra Cúcuta y convirtió; contra Gremio en Baires, y vino el gol de Ledesma; contra Gremio en Porto Alegre, entró y llegaron los dos goles de Riquelme). Fueron todos. Fue la tribuna que alentó de forma impresionante cuando se le necesitaba en aquel partido con Cúcuta y en aquel primer tiempo con Gremio, cuando el partido estaba trabado. Fue Boca. Y vienen a la mente los Córdoba, los Abbondanzieri, Bermúdez, Arruabarrena, Tévez, Cagna, Burdisso, el Chelo, el Chicho, Schiavi, el querido Mellizo Guillermo...¡tantos nombres!¡tantos éxitos!¡tantas alegrías!
Es Boca. Una pasión que no se pierde con la distancia, que no se perderá si en algún momento vienen las vacas flacas. Que no se pierde a pesar de vivir en un país ausente de esa pasión futbolera. El jueves pasado se me ocurrió comentar en la oficina ¡Ganó Boca! y alguien me llegó a preguntar "¿y? ¿qué, donde, cuándo?"... Mañana sé que la alegría en la oficina será por el home run 600 de Sammy Sosa y que Boca acaso si será nota de cuarto de página en los periódicos cuando mucho. Pero nada podrá atenuar mi alegría. Uno no sabe cuando será el último suelen decir los jugadores cuando ganan los títulos para justificar la celebración a pleno. Y aunque uno viene pensando así desde el primer título de esta última década, allá contra Independiente, y los títulos se siguen dando, bien vale celebrarlo como el último, aunque con este Boca campeón de campeones uno no puede negar el secreto convencimiento que algunos títulos más aún faltan por llegar, que algunas alegrías más no dejarán de arribar.
Realmente, siendo un tipo que gusta del fútbol de forma tan pasional, tengo que agradecer la bendición de ser de Boca...y de estar viviendo ésta época dorada que sin duda con el paso de los años se agrandará en el historial del fútbol, deporte rey por excelencia, por si faltara hacer la aclaración.
¡Aguante Boca, viejo nomás!
Nunca me olvidaré entonces de esas imágenes de Maradona y su golazo desperdigando por el suelo a Fillol y rompiéndole la cintura a Tarantini, para luego salir corriendo a gritarlo y dar el clásico saltito marca registrada de Diego. Por encima de eso -y del fotógrafo que por seguir a Maradona se tropieza y cae en medio de la celebración- recuerdo haber quedado prendado de la sensación de pasión fútbolera que me generó la imagen de la celebración de la tribuna detrás del arco de Fillol y el movimiento de la cámara de televisión, síntoma inequívoco que ese estadio rugía de tal forma que hasta las plataformas de televisión temblaban. Pasional como soy con los deportes, aquella imagen me sedujo, y sin saberlo en aquel momento se inició un romance con fecha de inicio pero sin fecha de expiración (Cómo con mi Alianza Lima querido; sé que mis amigos hinchas de la u, vínculan a su equipo con Boca -al menos las barras siempre de las han copiado sin empacho-, pero en aquel momento, sin objetividad alguna y con pura pasión futbolera yo relacioné a Boca y su tribuna, con mi Alianza y su entrañable Tribuna Sur, donde se colocan aquellos íntimos que saltan y cantan durante todo el partido).
Tuve suerte de consolidar mi enamoramiento bostero aquel 1981, ya que Boquita salió campeón con aquel equipo de Maradona, Brindisi y compañía. Pochito siguió llevando videos donde uno incluso empezó a conocer los relatos de Mauro Viale y los comentarios de Macaya Márquez y toda la euforia boquense de ese campeonato terminó de contagiarme. Y el romance arrancó.
¡Ni me imaginaba que década funesta en materia de resultados tendría en los ochentas en materia futbolística! En Perú mi Alianza no sólo no ganó un título -no lo haría desde 1978 hasta 1997-, sino que además sufrió la durísima pérdida de un plantel completo en el año 87. Y Boquita, mi novel romance, empezó una sequía de títulos que no podía ser saciada por los numerosos campeonatos de verano que ganaba cada inicio de año. Pero cosa rara, quizás eso fue lo mejor que pudo pasar. Porque resulta que yo soy más hincha en las malas, y mi vínculo sentimental con mis equipos se fortalece en las malas. Mi pasión grone se hizo indestructible entre cantos de 'quinceañera' y 'cag.....', y el romance con Boquita se hizo más fuerte en aquellos ochentas de escasos éxitos deportivos.
Además en el colegio encontré un cómplice de esta pasión: mi amigo Jhery, otro bostero de los buenos. En aquellas épocas sin internet ni cable, me acuerdo como hoy los esfuerzos titánicos que hacíamos para buscar y luego casi rogar al del kiosko del periódico que por favor cuando le llegara El Gráfico -con dos semanas de delay- nos guardara uno para poder ver dos cosas: como le había ido a Franco Enrique Navarro, que tenía a todos los peruanos haciendo fuerza por que le vaya bien en su experiencia en Independiente, y como le había ido a Boca. Y con la atesorada revista en las manos íbamos acrecentando nuestro bosterismo. Y el buen Jhery que hasta el look de Comitas (aquel habilidoso puntero de finales de los ochenta) tenía, y yo que me hacía ilusiones con cada técnico que llegaba a Boca, en la esperanza de sacarse la mufa y ganar un título. Y ahí venía Saporiti, y en cinco partidos se iba Saporiti, y ahí venía Menotti, y quedamos cerca, pero nada; y ahí llegaba el Pato Pastoriza y con él el Mono Navarro Montoya, Perazzo, Marangoni, y nada. Pero como digo, más dolía la derrota, más bostero me hacía.
Y ese sentimiento creció ya en la universidad, cuando uno le siguió la pista a aquel inolvidable Boca del 91 dirigido por el Maestro Tavarez, que ganó invicto uno de los campeonatos de ese año, pero que por las particularidades del fútbol argentino, terminó siendo campeón sin corona al perder por penales una definición con Newells, donde no tenía a Batistuta y Latorre, dos de sus pilares. ¡Qué equipazo aquél! el Mono, Simón, Hrabina, Blas Giunta, Pico, Latorre -antes de convertirse en laturra-, Graciani, Bati, un equipazo que nos dejó un recuerdo inolvidable aquel clásico de Libertadores en el que tras ir perdiendo 1-3 contra el eterno rival, terminaríamos ganando 4-3 en una Bombonera que esa noche se caía de la emoción.
Finalmente, en los noventa vino por fin el ansiado título en el 92, los halcones y las palomas, el inicio de la era Macri, con Bilardo, las vueltas de Maradona, y unos noventa a los trompicones mientras river se cansaba de salir campeón. Eso sí, en medio de esa racha gallinácea, a los de Nuñez no se les puede olvidar que en esa década se hace fuerte la paternidad bostera con una racha de 13 partidos oficiales consecutivos sin poder ganarnos, aún cuando triunfáramos a punta de goles de nuca.
Todo lo anterior sirve para ilustrar que la pasión bostera viene de antaño y no de ahora. Porque ciertamente, el Perú se volvió xeneize cuando Ñol Solano llegó a Boca y tras la salida de Nolberto, siguiendo al Chino Peresa aunque con menor intensidad porque este si bien salió campeón, nunca llegó a llenar las expectativas de nadie. Y entre Solano y Pereda se inició el ciclo Bianchi y de allí en adelante creo que la historia es conocida por todos. En 9 años Boca ha ganado todo lo que se podía ganar y es el equipo que más títulos internacionales ha ganado, nuevamente uno por encima del Milán. Se fue Bianchi, vinieron otros y siguieron los títulos. Basile tuvo un año que valió por cinco títulos más, Russo arrancó ganando apenas otra Libertadores, si hasta el Chino Benitez se dio el gusto de ganar una Sudamericana, antes de marcar su carrera con el infeliz episodio ante Chivas. Pasaron los hombres y Boquita ahí, convertido en una institución modelo, sin duda el más grande equipo de sudamérica en la última década y si me dejan decirlo, no sería descabellado decir que el más exitoso del mundo en lo que va del siglo -¿que otro equipo ha ganado tanto como Boca en el siglo XXI?-.
Paternidad bostera ante los hijos nuestros, paternidad bostera ante los brasileros, hijos nuestros también especialmente en la especialidad de la casa: ganar Copas Libertadores en estadios brasileños. Un equipo que a la hora de las definiciones, saca a relucir experiencia, casta, juego, técnica y corazón. ¡Cuántas alegrías en estos últimos tiempos! Uno sabe que el fútbol es rachas y piensa que en algún momento se va a pasar, que estamos malacostumbrados a ganar, pero Boca parece empeñado en hacer del ganar títulos una sana costumbre.
Yo no puedo olvidar que por Boca conocí gente amiga con la que aún tengo la suerte de seguir en contacto aún a la distancia. Tremendas personas: mi querida Judy, Adri, mis hermanos bosteros -y mayores-, Gerardo, Kelly, Andrés. Cómo olvidar la experiencia inolvidable de vivir un partido de Boca en la Bombonera, siendo parte de ese corazón que late que es ese estadio, que es esa hinchada, la misma experienca de pisar la Bombonera por primera vez allá el 97 y gastarme rollo y medio de aquellos de 36 fotos cuando todavía las cámaras digitales eran una exclusividad. mientras se me piantaba el lagrimón de la emoción de estar en ese Templo del fútbol. Ahora, aún con la emoción de la sexta Libertadores ganada en mi corazón, no puedo olvidar la alegría de todos esos títulos de estos últimos años. Cada Libertadores, cada título local, cada Sudamericana, ¡cada Intercontinental! Si hasta una de las pocas definiciones perdidas no me dejo tan dolorido, porque se la terminó ganando un equipo peruano, el Cienciano; que si le va a ganar alguien, que sea peruano ¿no?
Este título se goza de forma especial porque desde diciembre del año pasado tenía la espina atragantada en la garganta del increíble título que dejamos ir con Lavolpe. Teníamos que ganar algo pronto para enterrar en el rincón de los (malos) recuerdos ese final de campeonato. Luchamos el campeonato y no pudo ser, quedó en las manos de San Lorenzo en muy buena lid. Luchamos la Copa y tras pasar una complicada serie inicial, el equipo fue creciendo conforme avanzó la Copa. Duro fue el cruce con Vélez. Dura la serie con Libertad, aunque ahí fue cuando el equipo dejó en claro que cuando se necesitaba sacaba la casta de campeón. Lucía mal, muy mal el duelo con Cúcuta, resuelto cantando bajo la niebla. Y creo que el 5-0 global frente a Gremio hace innecesarios los comentarios y también las objeciones aún de los más anti-bosteros. Una campaña con un referente tremendo, indiscutible: Juan Román Riquelme, suelto en cancha en su máxima expresión y madurez. Pilar de este triunfo. Figura de lujo de un plantel donde la regularidad de sus integrantes fue increscendo. Seguro Caranta en el arco, cumplidor Clemente. Sólidos en estos 180 minutos finales el Cata y Morel -que garra paragua, que garra-. Garantía de triunfo hasta por cábala el Negro Ibarra de mil batallas, todas ganadas. Tremendo el chico Ledesma y aprendiendo una enormidad para el futuro de su carrera el muchacho Banegas. Conmovedor Martín en su entrega generosa para meter y luchar todas las pelotas. Fue Riquelme y fue todo el equipo también con un rendimiento que permitió esconder sin mucho ruido a Palacio y a Nery medio perdidos en la búsqueda de sus verdaderos rendimientos. Fue Russo a quien hay que reconocerle decisiones como apostarle todo a Caranta, un desconocido para muchos. Fue Bataglia, vuelto a la vida, y que además que aportar su granito de arena aportaba siempre algún gol que llegaba de forma inexorable minutos después de cada ingreso suyo en los segundos tiempos (entró contra Cúcuta y convirtió; contra Gremio en Baires, y vino el gol de Ledesma; contra Gremio en Porto Alegre, entró y llegaron los dos goles de Riquelme). Fueron todos. Fue la tribuna que alentó de forma impresionante cuando se le necesitaba en aquel partido con Cúcuta y en aquel primer tiempo con Gremio, cuando el partido estaba trabado. Fue Boca. Y vienen a la mente los Córdoba, los Abbondanzieri, Bermúdez, Arruabarrena, Tévez, Cagna, Burdisso, el Chelo, el Chicho, Schiavi, el querido Mellizo Guillermo...¡tantos nombres!¡tantos éxitos!¡tantas alegrías!
Es Boca. Una pasión que no se pierde con la distancia, que no se perderá si en algún momento vienen las vacas flacas. Que no se pierde a pesar de vivir en un país ausente de esa pasión futbolera. El jueves pasado se me ocurrió comentar en la oficina ¡Ganó Boca! y alguien me llegó a preguntar "¿y? ¿qué, donde, cuándo?"... Mañana sé que la alegría en la oficina será por el home run 600 de Sammy Sosa y que Boca acaso si será nota de cuarto de página en los periódicos cuando mucho. Pero nada podrá atenuar mi alegría. Uno no sabe cuando será el último suelen decir los jugadores cuando ganan los títulos para justificar la celebración a pleno. Y aunque uno viene pensando así desde el primer título de esta última década, allá contra Independiente, y los títulos se siguen dando, bien vale celebrarlo como el último, aunque con este Boca campeón de campeones uno no puede negar el secreto convencimiento que algunos títulos más aún faltan por llegar, que algunas alegrías más no dejarán de arribar.
Realmente, siendo un tipo que gusta del fútbol de forma tan pasional, tengo que agradecer la bendición de ser de Boca...y de estar viviendo ésta época dorada que sin duda con el paso de los años se agrandará en el historial del fútbol, deporte rey por excelencia, por si faltara hacer la aclaración.
¡Aguante Boca, viejo nomás!
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