Y finalmente terminarán eliminándose mi selección, la del país de donde soy y al que amo mucho más a la distancia, contra la selección por la que siempre hincho cuando mi buen Perú suele ser eliminado o no participa. Obviamente, por si hiciera falta decirlo, mañana todas mis fuerzas estarán lanzadas a ver si es que se logra el batacazo de eliminar al favorito del torneo. Después, veremos.
Misión harto complicada la peruana. Ambas selecciones han ido en una evolución inversa durante este torneo. Mientras Argentina fue demoliendo rivales a punta de goles e individualidades, pero poco a poco sus jugadores han ido acoplándose y se nota ya un poco más de juego colectivo, Perú tuvo un debut que invito a soñar y poco a poco el sueño casi termina en una vergonzosa pesadilla (irse eliminado en un grupo compartido con Venezuela y Bolivia, si no era vergonzoso, me dejan saber que otra cosa hubiera sido). De un orden sustentado en el propio reconociendo de sus limitaciones, la blanquirroja terminó en un monumental zafarrancho de desorden donde sólo la cabeza de Pizarro, la Divina Providencia y la Sarita Colonia permitieron que llegáramos a la segunda instancia donde (otra vez) nos toca bailar con la más fea.
Me imagino -porque con Uribe uno en realidad no puede hacer otra cosa que aventurar hipótesis que sólo Dios sabe que es lo que finalmente hará-, que Perú volverá al 3-5-2 del partido inaugural, que en realidad es un mero formalismo, ya que en la práctica se convierte en un 5-3-2 defensivo y expectante de lo que se pueda hacer al contragolpe esperanzados en la capacidad de los tres mosqueteros, hoy convertidos en dos ante la lesión de Farfán. Imagino que volverá Santiago Acasiete a la defensa, que sin ser un Chumpitaz o un Julio Meléndez, en medio de los vacíos de la actual defensa peruana, hacer valer aquello que en tierra de ciegos el tuerto es rey (hablo de la actual defensa, porque me imagino que en las eliminatorias, el Loquito Vargas y Nolberto Solano tendrán que ser titulares indiscutibles en la misma como bien dice mi hermano Coquín). Habrá que ver que hace en el medio Uribe, si vuelve Bazalar, si vuelve García, si Mariño sigue arrancando de titular. Todas son hipótesis. Arribas esperemos que Claudio siga aprovechando las oportunidades que se le puedan presentar mañana y que Paolo además de su incuestionable garra ahora también facture con goles. Si algo tiene flojito Argentina es su defensa, en especial por el lado de Heinze, ese afortunado jugador que sin ser nada del otro mundo juega en el Manchester y en la selección argentina ¡y de titular! así que ojalá que se pueda aprovechar algún desliz por ese lado.
Por el lado argentino que se puede decir. Si su defensa falla, del medio para arriba mata. Por calidad y por contundencia. Por individualidades y por ensamblaje en equipo cuando así se deciden. Si están en su día habrá que rezar para que la defensa peruana esté a la altura de la circunstancia. Y esperar.
Uno quiere de corazón que Perú dé la sorpresa. La objetividad sugiere que el favorito mañana es Argentina. Veremos que pasa. Antes de terminar el fin de semana sabremos si el fútbol tiene lógica o si nos permite aún ver sopresas de aquellas que emocionan.
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