domingo, 28 de octubre de 2012

"El valor del talento está en saber hacerlo triunfar". Entrevista con Patricia Ramírez, Psicóloga Deportiva



El libro de reciente publicación de Patricia Ramírez:
Número 1 en ventas de libros de No Ficción en España
(Portada: planetadelibros.com)
Patricia Ramírez Loeffler, española, es psicóloga deportiva con vasta experiencia en el trabajo con atletas en forma individual y colectiva. En este último campo ha trabajado con clubes de la Liga Española como el Mallorca y el Real Betis Balompié. Colaboradora del programa “Para Todos” en TVE, del diario El País y columnista semanal del Huffington Post de España, acaba de publicar su libro “Entrénate para la vida” que llegó al primer puesto de ventas de libros de no ficción en España y conversó con el Blog Deportivo compartiendo valiosos conceptos sobre su experiencia en el deporte.


Pregunta: ¿En qué consiste el trabajo de un psicólogo deportivo?

Respuesta: Depende de la situación en la que trabaje. El psicólogo que está en la cantera suele trabajar los valores de equipo: la cohesión, el fair play, el que los niños aprendan que el objetivo grupal está por encima de todo, inclusive trabaja también el fracaso escolar. Mi especialidad es la psicología del deporte de alto rendimiento y tiene una labor diferente. Concretamente viajo con el equipo los fines de semana y le imparto una charla el día del partido. En esa charla lo que se trabaja son las variables psicológicas que pueden interferir con el partido: puede ser la inseguridad, la confianza, la suerte, orientarse hacia los objetivos, la comunicación, todo ese tipo de variables.

P: Usted reflexiona que “El valor no está en el talento. Lo que añade valor al talento es la forma que tenemos de explotarlo”. ¿Puede decirse que la labor del psicólogo deportivo esta enfocada en potenciar al máximo ese talento?

R: Claro, porque a nosotros no nos vale que alguien tenga un talento determinado, sino saber que ese talento puede ser regular, porque el entrenador quiere saber con que cuenta en su equipo. Hay gente que técnicamente es muy buena y en un partido te lo da todo y en otro, no sabemos porque, no es capaz de competir ni sacar ese talento que tiene. El valor del talento no está en tenerlo en sí, sino en saber hacerlo triunfar. Para eso hay que trabajar muchos valores como el esfuerzo, trabajar al límite, la perseverancia, la constancia, la seguridad, la confianza, para conseguir que el talento se vuelva regular.

P: Existe quien puede comentar “el que es bueno es bueno y el que es malo es malo tenga o no un psicólogo en el equipo o a su lado” ¿cómo aclarar esa idea de quien no conoce la labor que realiza un psicólogo deportivo?

R: Lo que es cierto es que en el deporte de alto rendimiento el que es bueno es bueno, puede llegar a ser mejor, puede ser regular; pero el que no tiene talento dificilmente va a conseguir nada, no vamos a sacarle peras al olmo. Para realizar deporte a nivel profesional uno tiene que estar dotado de una genética, de una fisionomía, una fisiología, que te permita tener una habilidad y una destreza especial para ese deporte. Una vez que contamos con esto, no vamos a pensar que la psicología es la panacea: primero va un entrenador que te dice como tienes que actuar, como tienes que jugar y de corregir la ejecución deportiva, de darte instrucciones para que tengas técnica, táctica y estrategia. El siguiente paso es tener un preparador físico, que consigue que aguantes corriendo 93 minutos, y que no estés cansado a los 20 minutos. Cuando todo eso lo tenemos completo nos encontramos con otras disciplinas y entre ellas está la psicología del deporte, que es capaz de darte el punto de referencia para poder competir mejor que aquel que tiene un talento similar al tuyo, una preparación física similar a la tuya y un entrenador que le dirige.

P: Por más motivador que sea el entrenador, no es psicólogo. Existe una diferencia entre el entrenador motivador y el psicólogo deportivo.

R: Hombre y tanto. Yo siempre lo digo: el psicólogo deportivo es aquel que estudia psicología y que luego se especializa en deporte. Y luego hay entrenadores con mucho liderazgo, con mucho carisma, que son capaces de motivar al grupo, que son capaces de sacar lo mejor de ellos, de generar expectativas positivas, de generar una comunicación para que estén unidos. Pero eso no es un psicólogo. El entrenador no sabe trabajar ni la atención, ni la concentración, ni la toma de decisiones, ni sabe cambiar pensamientos ni manejar las emociones. Eso lo hace un psicólogo. El líder que tiene la suerte de tener ese carisma innato con el que es capaz de movilizar al grupo, bendito sea, pero el que no lo tiene, difícilmente alcanzará ese carisma. 

P: Ya que hablamos de motivación y de entrenadores, pienso en el reciente caso del nado sincronizado en España o en el caso del vóley en Perú donde su actual entrenadora es criticada por un sector respecto del trato que tiene con sus jugadoras. ¿Cuál es el límite en el marco de esa motivación?

R: El límite es la dignidad de la persona y el respeto. No hay ningún estudio que demuestre que siendo autoritario y humillando a las personas, saquemos más cosas de ellas. No sabemos si lo que sacamos es producto del miedo, o porque eso es motivante en sí. Lo importante es que las jugadores sean capaces primero de darlo todo, y de valorar a su líder de forma positiva. Porque cuando nosotros transmitimos confianza y seguridad, también conseguimos resultados positivos. En todos esos grupos donde se sacan resultados positivos habría que valorar el estilo de liderazgo de quien los está dirigiendo. ¿Por qué hay otros grupos que también funcionan? La gente funciona porque tiene talento. Y el líder o el entrenador lo que tiene que hacer es decirles como utilizar su talento, transmitiendo entusiasmo, seguridad. El que alguien te humille no significa que vayas a tener éxito. Estoy segura que esa gente tendría el mismo éxito si tuviera una persona encima que en lugar de humillar les alentara y les reforzara.


P: Hablemos de su experiencia en el fútbol. Más de siete años ligada a equipos como el Mallorca y el Betis; confianza de técnicos como Gregorio Manzano y Pepe Mel; agradecimiento público como aquel de Rubén Castro celebrando su gol con  usted. ¿Su experiencia le hace pensar que el fútbol profesional en general recibe con brazos abiertos la ayuda de la psicología deportiva?

R: Creo que el fútbol tiene que darse cuenta que la psicología tiene algo que aportar, que tenemos muchas cosas que decir y que cada vez que algo se profesionaliza más, existen pequeñas disciplinas que ayudan a dar un plus. Lo que está claro es que entre dos jugadores que están entrenados de la misma manera, al final lo que les va a diferenciar es la capacidad para estar metidos, concentrados y de dar lo mejor de sí que tengan unos y otros no.

P: Comentaba usted con motivo del inicio de la Liga española este año que “trabajar en el fútbol de élite es como vivir constantemente en una montaña rusa” ¿Por qué?

R: Porque estás viviendo emociones contrapuestas pero de una forma muy intensa. Entonces cuando ganas estás arriba y estás eufórico pensando que eres el rey del mambo, pero cuando pierdes te sientes la persona más decepcionante y más negativa; no hay una regularidad. Igual la regularidad la tienen los equipos que siempre ganan, pero en equipos humildes que hoy pierden, mañana ganan, que ganan a un grande cuando no lo esperaban, que pierden ante un rival débil al que le tenían que haber ganado, todo eso genera emociones muy dispares. Con unas sufres muchísimo, y con las otras te sientes grandioso. Ahí está esa montaña rusa, de pasar de estar genial a tener un dolor intenso que incluso racionalizas y te preguntas cómo es que puede ser así cuando eso es solamente fútbol. ¡Pues por supuesto!


El trabajo de Patricia Ramírez dejó huella en el Betis.
Aquí Ruben Castro dedicándole uno de sus goles
durante la temporada pasada
(Foto de Fran Vega en number1sport.es)
P: A la victoria y la derrota hay que añadirle el error. Un futbolista se equivoca, cuesta una derrota, una eliminación, y lo hace ante miles de personas en vivo y en directo. ¿Cómo se trabaja para que una situación así afecte lo menos posible y se pueda voltear la página cuanto antes?

R: Yo hago unas cartitas ahí que se llaman “borrón y cuenta nueva”. Les pido a los jugadores que apunten aquello del partido que les gustaría que no volviera a ocurrir y luego que arruguen el papel y lo tiren a la basura para a partir de ahí pensar como vamos a hacer para que no ocurra eso, esto es, en que medida depende de nosotros volver a trabajar para que no ocurra eso y centrarnos en lo que son factores controlables.

P: Me imagino que uno de los casos donde se requiere mayor ayuda psicológica es ante las lesiones que alejan de los terrenos de juego a los deportistas, en muchos casos por varios meses ¿cómo combatir la desesperación, la ansiedad o las preocupaciones que pasan por la cabeza de un jugador en esa situación?

R: Ahí lo que tenemos que trabajar es la seguridad y la confianza. Volvemos otra vez a los factores controlables. En que medida depende de mí luego volver a mi sitio, de cómo empiece yo a jugar. Pero como yo empiece a preocuparme de cosas que no controlo o a preocuparme de cosas del futuro de las que ahora no pudo estar pendiente, al final lo que hago es desgastarme. Entonces, al jugador durante ese tiempo se le pide que visualice vídeos de él trabajando con seguridad, con confianza, que vea imágenes o jugadas en las que él ha sido eficaz, para reforzar su talento natural.

P: Otro caso interesante es el de los suplentes. Su talento está al servicio del equipo, tienen toda la disposición de demostrarlo, pero probablemente, por ejemplo un arquero suplente, puede pasar el año entero sin jugar un minuto. ¿Se realiza algún trabajo puntual con ellos?

R: Es el mismo trabajo que con los demás porque en cualquier momento te pude tocar a ti. La gente dice “sí, ya para que, si yo no juego”. No. Tienes que estar preparado porque nunca sabes lo que va a ocurrir. Desde una tarjeta, una lesión, es que nunca sabes lo que va a ocurrir.

P: Muchos deportistas son proclives a cábalas, rituales o supersticiones. Más allá de lo anecdótico ¿aquello tiene -o puede tener- alguna relevancia positiva o negativa en su rendimiento y mentalidad al afrontar el juego?

R: Se puede convertir en algo negativo, por supuesto, porque los rituales no te dan seguridad. Normalmente te preparan para competir, te van diciendo que llega el momento. Si el ritual es algo sencillo que depende de ti, como entrar con el pie derecho en el campo, pues no pasa nada porque lo vas a poder hacer siempre. El problema es que tu ritual dependa de que un compañero te dé la mano, de llevar encima algo que en algún momento no puedas tener, porque en ese momento que lo perdemos empezamos a pensar que la suerte se va a alterar y ni siquiera estamos jugando, pero yo ya pienso que me va a ir mal, y si yo anticipo aquello, puedo caer en la profecía auto cumplida.

P: Permitame felicitarla por su libro Entrénate para la vida, no solamente por el éxito que lo ha llevado a ser número uno en ventas en España, sino especialmente por la retroalimentación que brindan quienes lo van leyendo. ¿Cuál es la idea principal del libro?

R: Son lecciones para la vida en general, no es un libro escrito para la psicología del deporte, es un libro escrito para todo el mundo y todos son capítulos diferentes que no dependen el uno del otro, osea que cada uno puede empezar a leer por donde quiera. El que quiera puede leer sobre la suerte, sobre los rituales, sobre el pensamiento, cada uno donde quiera. Y a medida que tu vayas leyendo seguro que te vas a dar cuenta que te sientes identificado porque en algún momento de tu vida has pasado por ahí. Creo que lo que tiene el libro de bueno es esa parte didáctica en la que en cada capítulo aparece una serie de fichas de trabajo para que, el que quiera, pueda elegir aquello en lo que quiere cambiar, en lo que quiere crecer, en lo que quiere mejorar, y a su ritmo puede ir trabajando esa variable psicológica.