Me gusta escribir. Me gustan los deportes. No. No me gustan los deportes. Me apasionan los deportes. Jugarlos y verlos, aunque los vea más de lo que juego. No pretendo tener la verdad, sólo mi afición, mi pasión y mi opinión. Aquí expreso la misma, simplemente por darme el gusto de hacerlo.
sábado, 7 de julio de 2007
Aguante Anita
No, no es una modelo aunque tranquilamente podría serlo. Es una de las mejores tenistas del mundo en la actualidad (sexta del ranking antes de Wimbledon, donde acaba de perder en la semifinal con la inacabable Venus Williams), y con sus diecinueve años, toda una promesa de muchos éxitos deportivos... y de mucha belleza en los courts de tenis en el circuito femenino.
Ana Ivanovic, que así se llama la muchacha para los que no la conocen, conforma junto a Novan Djokovic y Jelena Jancovic, el triunvirato tenístico serbio que es pasión de multitudes en su país (basta darse una vueltecita por youtube para ver el recibimiento multitudinario que les dieron tras Roland Garros, parecía la Plaza de Mayo recibiendo a los argentinos tras la Copa del Mundo de México 86). Jóvenes, simpáticos y sobre todo excelentes deportistas (Jancovic es la tercera del mundo y Novan el quinto en los varones), son parte de la nueva generación de tenistas que permiten a los aficionados al deporte blanco mantener la esperanza de seguir viendo en este deporte jugadores que aseguren el espectáculo y el buen juego.
A diferencia de la otra Ana, la inbancable rusita Kournikova, la Ivanovic no sólo es belleza sino también talento. Y si bien ya venía dando muestras del mismo, es en este 2007, en donde su explosión tenística se hace cada vez más evidente. Ganadora del abierto de Alemania, finalista en Toray y en Roland Garros, donde los nervios de su primera final y una impasable Justine Henin le pasaron la factura, y semifinalista ahora en Wimbledon, hacen que con su récord de 31-12 hasta el momento, este año pueda estar marcando un punto de despegue en su carrera.
Habrá que ver si es que estamos ante una futura número uno en ciernes (y si se convierte en una realidad a corto plazo el tener reiterados duelos serbios en las finales entre Ivanovic y Jancovic), o si estamos ante alguna de aquellas tenistas que aparecen con mucha intensidad y luego como estrellas fugaces, desaparecen en el firmamento como una más entre las otras. Las condiciones las tiene: un juego sustentado en una derecha muy afinada y un revés a dos manos muy potente. Velocidad para llegar a la red cuando es apremiada con algún drop shot y todas las ganas de ganar.
Todo el mundo habla de la Sharapova. La realidad concreta es que Justine Henin y Amelie Mauresmo dominan el circuito en hoy día. Pero mientras tanto a mí dejenme jugarle unos boletitos a la Ivanovic, en tanto averiguamos hasta donde puede llegar, y hacerle el aguante en el futuro inmediato en los próximos torneos de tenis femenino. En el interín, disfruten de toda su belleza, y cuando vean los torneos en la tele, pónganle atención.
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