domingo, 8 de julio de 2007

Cuatro goles y un funeral

Perú 0 - Argentina 4

(Nota de redacción: no pude ver el partido, así que en consecuencia, no puedo opinar del desarrollo del mismo. A mis amigos peruanos y argentinos que lo vieron, si me dejan en sus comentarios, su opinión sobre el desarrollo del partido, desde ya será muy agradecido).


Bueno, no es que haya un funeral, pero sí hay una despedida. Una vez más Perú se despide de una Copa América, una vez más Argentina es el que le da la estocada final. Esta vez un resultado algo más humillante que el 0-1 de Perú 2004, al menos en el frío papel. Ignoro si en el desarrollo del partido en realidad la diferencia no fue tanta o si por el contrario fue incluso mayor. El hecho concreto es que estamos fuera.

Esos mismos fríos números nos dicen que arrancamos como los grandes humillando a un equipo de tradición como el uruguayo. Que luego fuimos derrotados sin reacción alguna por una selección venezolana envalentonada por las circunstancias. Que luego tuvimos una milagrosa reacción final ante un humilde equipo boliviano, para evitar un papelón mayúsculo (los números no reflejan lo mal que se jugó ese día, probablemente una de las actuaciones más flojitas de selección peruana alguna en los últimos años, al menos de las que he podido ver). Y que hoy, la selección favorita nos despidió sin atenuantes.

La reflexión de esta campaña me imagino que dará lugar a todo tipo de comentarios de los buenos y de los mezquinos que aprovechen la circunstancia. Es difícil hablar con la cabeza caliente. No suena lógico pretender interrumpir un proceso, deporte favorito de hinchas y dirigentes peruanos, quizás uno de los tantos motivos por los que nuestro fútbol está como está. Preocupa en todo caso que el técnico cuyo proceso debería continuar sea un auténtico cabeza dura, que en circunstancias de presión, desarma sus equipos en plenos partidos y contagia desesperación, amén que debe ser uno de los entrenadores más charlatanes de toda la región (lo ví ayer en Fox Sports: ¡que manera de hablar tantas sandeces sin decir nada concreto!).

Hay un hecho concreto: Esto es lo que somos y esto es lo que tenemos. Para las eliminatorias nos faltan de fuera Vargas y Solano (porque me imagino que lo tendrán que llamar ¿no?) y del fútbol peruano, no sé si es que haya alguna figura que mis amigos de por allá me pudieran indicar que debería tener la posibilidad.

Pareciera que hay alguna base para trabajar en planteamientos defensivos. El mismo dio resultados en el primer partido. Hoy al parecer eso se fue al traste tras cuarenta y cinco minutos. Pero como no lo ví no sé que opinar.

Pareciera que al medio tenemos ausencia de todo: de creador y de perros de presa. Tenemos un hueco gigantesco en el medio campo que no sé sinceramente como podremos llenar de aquí a las eliminatorias.

Pareciera que arriba, por más que tengamos tres mosqueteros que conforman en el papel una de las delanteras más poderosas de sudamérica, en la práctica, ausentes de asistencias desde el medio, se pierden entre planteamientos defensivos y la obligación de tener que bajar a fabricar sus ataques ellos mismos. Hoy por ejemplo, en todos los resúmenes del partido, no ví un sólo ataque por parte de Perú, ninguna jugada de peligro de la blanquirroja. Y teniendo a Guerrero y a Pizarro (más Farfán) allá arriba, planteamientos mezquinos que renuncien a la creación, al ataque y al aprovechamiento de los delanteros, suenan a desperdicio.

De cara a las eliminatorias está más que claro que Argentina y Brasil están en otro planeta, inalcanzables. Si Uruguay es el del 4-1 a Venezuela y no el del 0-3 con Perú, puede anotarse un escalón más abajo. Y después pareciera que se puede parar de contar. Después, con sinceridad, el otro cupo y el repechaje para el mundial, los otros dos cupos están para el que sepa aprovechar las irregularidades de las otras selecciones. Aprovechar la localía será sin duda algo primordial y eso vuelve a ser motivo de preocupación. Pareciera que Perú tiene más opciones de acoplarse en planteamientos defensivos, porque cuando se trata de atacar, Uribe cree que se trata de poner 4 o 5 delanteros y ver que ocurre. No ví señales positivas de un Perú lanzado al ataque, proponiendo buscar el partido, cosa que tendrá que hacer como local. Y eso preocupa.

En fin. Se fue otra Copa con una nueva decepción. De vuelta y a acomodarse. A volver como necios a ilusionarnos con tiempos mejores y con una posibilidad de clasificar a un mundial, que objetivamente se alberga más en el rincón de nuestras falsas esperanzas, que de nuestras concretas convicciones.

Pero igual, allí estaremos. Alimentando ilusiones hasta que los números nos digan basta nuevamente.

p.d. Huelga decir, de aquí en más ausente mi Perú en la Copa, espero que campeone Argentina, que tendrá un rival complicadísimo en México, y si lo vence, tendrá que disputar un clásico de final, sea rioplatense, sea sudamericano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me remito al comentario que hice en el blogg anterior.
saludos,

Anónimo dijo...

Yo lo vi el partido Pedro y la verdad que si bien me puse contento por el triunfo, tengo que confesar que sabiendo que vos ibas a estar sufriendo me hizo sentir un poco menos contento.

Nosotros tuvimos un poco de suerte en el primer gol porque Riquelme trató de pasar la pelota y ésta rebotó en un jugador peruano y volvió hacia donde estaba Riquelme. A partir de ahí el mérito fue suyo, porque encaró y sacó un zurdazo inatajable. Después de ese gol vino el resto. Pero hasta ese momento, si bien Argentina había controlado la posesión de la pelota había creado muy poco riesgo (salvo un par de excepcionales intervenciones de Messi, que no fueron gol de milagro). Perú estuvo muy atento defensivamente hasta el primer gol, pero creo que le faltó audacia para intentar algo más que defenderse. Farfán no jugó porque estaba lesionado y eso pudo haber influido en la actitud con la que salieron a jugar. Nosotros también tuvimos un poco de fortuna en el cuarto gol (el segundo y el tercero fueron muy buenas jugadas). El pato se mandó una macana en un centro y tuvo que salir a pelear una pelota afuera del área y de su rechazo, que habilitó a tévez, nació el cuarto gol argentino.

A nadie le gusta que le hagan cuatro goles a su equipo, pero tampoco me gustaría que un amigo se sienta humillado por eso. Es sólo un partido de fútbol. Estos cuatro goles no cambian absolutamente nada de las cosas que vale la pena cambiar.

Un abrazo.

Andrés