España campeona de la Eurocopa 2012 Foto: Reuters |
Es tiempo de La Roja. La final de la Eurocopa 2012 en
Ucrania, fue la ratificación que España, bicampeona de las últimas dos
competiciones europeas de selecciones y actual campeona del mundo es, sin lugar
a dudas, la dueña y señora del fútbol mundial. Fiel al estilo que ha venido
desarrollando durante el último lustro, la selección dirigida por Vicente del
Bosque, venció con contundencia a Italia por 4-0 y se convirtió de esta forma
en el primer combinado nacional en alcanzar de forma consecutiva el triplete mencionado,
en un logro inédito que testimonia la grandeza de este momento del seleccionado
español y de la actual generación de jugadores que la componen.
Atrás
han quedado aquellas épocas donde el equipo español acumulaba frustración tras
frustración a lo largo de competiciones internacionales, por la razón que
fuera: bien podían ser controvertidas decisiones arbitrales, como la que relata
la historia de la "batalla de Florencia" en 1934, o la que se consumó
en aquellos cuartos de final del Mundial del 2002 ante Corea del Sur; o actuaciones
decepcionantes como la del Mundial de 1982 como locales o la de Francia 1998; sin
olvidar los fatídicos penales que los dejaron fuera en México 86 o en la
Eurocopa del 96 y aquellos hechos desgraciados que se recordaban una y otra
vez, como “el gol que no fue” de Cardeñosa en Argentina 78, el error de
Arconada en la final de la Eurocopa del 84 o el codazo de Tassotti a Luis
Enrique en el Mundial de 1994.
El
presente es distinto. Luis Aragonés primero y Del Bosque en la actualidad han
sabido gestionar una generación de jugadores que con Iker Casillas y Xavi
Hernández como puntos de referencia desde su condición de campeones mundiales
juveniles en Nigeria 1999, han sabido vencer fantasmas –súmese a la lista aquél
que decía que no podían ganarle a Francia y a Italia- y convertirse en un
equipo admirado a nivel mundial por su estilo, en el cual, pasan jugadores, se integran otros, pero se mantiene una
filosofía que no solamente obtiene elogios, sino además resultados y que,
inclusive, se ha vuelto referencia de equipos como Alemania e Italia, que hoy
desarrollan sus propias versiones de un estilo de juego "a la
española".
Iker Casillas y Xavi Hernández con un trofeo más en su palmarés Foto: Reuters |
Cómo
si no bastara con lo estrictamente futbolístico, resultan campeones simpáticos
los de este plantel. Aún aquellos a quienes su juego les aburre o sencillamente
no les convence, no pueden evitar reconocer gestos como los de Casillas
consolando a cada uno de los italianos antes de unirse a la celebración de sus
compañeros, o el plantel completo haciendo un pasillo al equipo subcampeón al
subir estos a recoger sus medallas. Ahí esta el recuerdo permanente a
compañeros fallecidos de forma súbita, o la celebración con sus niños a pie de
campo, mostrando el lado humano de los que hoy por hoy son los héroes deportivos
de una España agobiada en el presente por la crisis económica. Ahí queda el
testimonio de las declaraciones y conferencias de prensa durante todo este torneo:
ninguna palabra desubicada, cero desdén hacia rival alguno, ninguna declaración
altisonante; siempre la prudencia, el respeto y la humildad que irradia desde
la cabeza misma del plantel, el tan sencillo como exitoso Vicente del Bosque.
Mención
aparte para Del Bosque. Discreto y respetuoso, ha sabido aguantar críticas de
todo tipo y a la hora de los reconocimientos por sus triunfos -es el único
entrenador campeón de Mundial, Eurocopa y Champions- repite una y otra
vez que ha sido afortunado en caer en el momento justo en equipos con planteles
estupendos. Como si se pudiera obviar que supo gestionar la transición tras la
salida de Aragonés, siendo inteligente en tocar sólo lo indispensable; que supo
manejar grupos bajando decibeles a roces como los surgidos en los últimos
tiempos entre jugadores del Barcelona y el Real Madrid; o que acertó al momento
de confiar en jugadores como Busquets hace par de años o Jordi Alba en la
actualidad, en su momento discutidos, hoy titulares y campeones. Seleccionador
de gestión exitosa y comportamiento ejemplar, eso es Del Bosque.
El
2014 España irá por otro logro inédito. En su camino, además de los equipos
europeos buscando revancha, estará un Brasil que querrá ganar a toda costa el
Mundial que están organizando y cerrar de alguna forma la herida del Maracanazo
infringida por Obdulio Varela, Pepe Schiaffino, Alcides Ghiggia y compañia.
También estará Lionel Messi, y su búsqueda de un campeonato mundial con su
país. No la tendrá fácil el actual campeón, pero la base de este equipos será
la misma, lo que sin duda invitará a España seguir soñando, más aún teniendo en
cuenta que detrás vienen pidiendo terreno los De Gea, Muniaín, Ander, Adrián,
Montoya, Thiago, entre otros que junto a Javi Martínez y Juan Mata, son parte
de una nueva generación que ya se llevó la Eurocopa Sub-21 el año pasado y que
en breve afrontará los Juegos Olímpicos de Londres.
A
lo largo de la historia del fútbol han existido grandes selecciones, conforme
consta en los relatos de quienes los vieron en su momento, en los testimonios
audiovisuales existentes o en la experiencia propia de quienes acudimos al
presente futbolístico. Campeones sin corona a nivel mundial como el ballet
húngaro del 54, la Holanda del fútbol total del 74 o aquellos Brasil y Francia
de los mundiales del 82 y el 86; Equipos recompensados con el triunfo final
como el Brasil del 58 y el 70, la Holanda de la Eurocopa 88 o la Francia de
final del siglo pasado. Este seleccionado español, el de Xavi e Iniesta, dos
jugadores que son el fútbol mismo, de los mejores que han pisado jamás un
terreno de juego, éste flamante tricampéon, se une sin discusión a los grandes
de todos los tiempos, con merecimiento y reconocimiento pleno.
Gracias a Italia y a España. Gracias al fútbol, que sólo es
fútbol ciertamente, pero apasionante y hermoso cómo sólo él puede serlo.
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