Lo que paso el fin de semana:
Resulta difícil encontrar una sola palabra que resuma las emociones vividas en estos cuartos de final. Muchos dirán que "sorpresa" podría resumirla, pero Uruguay es un grande de América acostumbrado a dar batacazos, y en el último post comentaba textualmente que "pondría en duda que un triunfo venezolano pudiera catalogarse de sorpresa" a pesar del favoritismo de Chile. Por escoger una palabra, me quedo con "impredecible".
A primera hora del sábado Perú le dio una tremenda alegría a treinta millones de peruanos eliminando al equipo más parejo de la primera rueda, Colombia. Lo que Markarian ha hecho con una selección que terminó última en las eliminatorias previas al Mundial del 2010 es más que meritorio. A pesar de las lesiones que dejaron a jugadores claves en la selección peruana fuera de la Copa, como Claudio Pizarro o Jefferson Farfán, el popular "Mago" se las ingenió para armar un equipo que con Juan Vargas y Paolo Guerrero como estandartes, ha mostrado una disciplina táctica, concentración y espíritu de lucha de los que hace mucho tiempo adolecía la blanquirroja.
Con un planteamiento inteligente que cortó la circulación especialmente entre el medio campo y el ataque colombiano, los peruanos aguantaron el avance cafetero con una defensa en donde destacaron el arquero Fernández y Rodríguez y el despliegue arriba de los citados Vargas y Guerrero. Colombia tuvo la oportunidad de desnivelar el marcador pero Falcao tiró fuera un penal y la llegada al tiempo suplementario se tornó inevitable. En el transcurso del mismo un zapatazo de Lobatón y otro de Vargas, aprovechando en ambos casos, sendos errores del arquero Martínez definieron el partido a favor de la albirroja. Una alegría interminable.
Uruguay acostumbra dedicar los 16 de julio para dar batacazos. En 1950 fue el inolvidable Maracanazo de la mano del Negro Jefe, Obdulio Varela, y en el 2011 fuimos testigos del Argentinazo. Mientras los celestes dejaban en claro que lo de la Garra Charrúa es una realidad incuestionable, los argentinos no supieron aprovechar las oportunidades presentadas durante la primera etapa con un Messi inspirado, ni la superioridad numérica generada por la expulsión de Diego Pérez. Fue un típico clásico rioplatense en donde el arquero Muslera tuvo una actuación para el recuerdo con atajadas que ahogaron el grito de gol del local, especialmente una doble en la última jugada del partido, digna de colección. En la definición por penales Tevez anunció el tiro desde que tomó carrera y permitió que Muslera corone una noche redonda, ahondando la crisis futbolística y de resultados que aqueja a una Argentina que no gana un Mundial desde 1986 y una Copa América desde 1993.
El fin de semana se presentaba ideal para los brasileros, que tras disfrutar la derrota del clásico rival, esperaban completarlo con su clasificación. Pero el archi favorito no pudo plasmar en goles el enorme dominio que tuvo durante 120 minutos sobre Paraguay y se resignó a definir su destino en los penales. Una y otra vez los esfuerzos de Ganso, Pato, Robinho y compañía, resultaron estériles ante el planteamiento defensivo paraguayo y sobre todo, ante una muralla llamada Justo Villar. El arquero paraguayo sacó absolutamente de todo y fue, sin duda alguna, la figura de un partido en donde nuevamente Neymar naufragó en un mar de apatía e intrascendencia. A la hora de los penales sucedió lo inaudito: los brasileros fallaron los cuatro penales que ejecutaron lanzando tres de ellos fuera y tapando el otro el inspirado Villar. Mereció ganar Brasil? Si lo reconoce hasta Martino, el entrenador rival, no hay necesidad de agregar nada. Pero el fútbol también puede ser impredecible, y los arqueros tienen una función, evitar goles. Justo Villar lo dejó meridianamente claro en otra tarde donde la tristeza no tiene fin en Brasil.
Venezuela sorprendió a Chile saliendo a tomar las riendas del partido al punto que antes de la primera media hora ya estaban en ventaja con un cabezazo de Vizcarrondo. En el segundo tiempo los llaneros cedieron terreno peligrosamente ante una selección chilena lanzada a matar o morir y el empate parecio cuestión de tiempo hasta que se concretó con un gol de Humberto Suazo. Pero a falta de diez minutos en otra jugada de pelota parada, Cichero anoto el segundo gol venezolano y colocó a la vinotinto en una semifinal que desató la fiesta en toda Venezuela.
Lo que deja el fin de semana:
Tres técnicos que inician sus procesos, llevan fuertes cuestionamientos a casa. Menezes sabe que en Brasil todo resultado que no sea un campeonato es un fracaso. Y aunque no creo que su proceso se ponga en duda, no estará exento de feroces críticas más allá que en el caso de su equipo, no pocas individualidades quedaron en deuda con su rendimiento. Borghi carga con la pesada mochila de la comparación permanente con el proceso de Marcelo Bielsa en el país de la roja. Y su selección llegó como candidata al campeonato. Ganaron su grupo sin mayores problemas, pero a la hora de la verdad se vieron sorprendidos por la persistente Venezuela. Batista además de cargar con la necesidad que traen los argentinos con tanto fracaso previo, ahora tiene ya uno en su cuenta, y de aquellos dolorosos, en casa, con su gente y en una Copa que querían ganar. Su futuro es impredecible dados los vaivenes de la caótica estructura del fútbol argentino. Ya hay voces pidiendo su destitución y hasta llegaron a llamarlo "analfabeto" del fútbol.
En el lado de los vencedores, el Maestro Tavárez sigue dando cátedra con humildad y sapiencia. El Tata Martino no tiene reparos en realizar feroces autocríticas sin perder la perspectiva. Farías silenció a sus detractores en Venezuela y Markarían ha prendido la ilusión de un país, esta vez sobre bases concretas, no sólo con el resultado final de esta Copa América sino especialmente con la posibilidad de volver a un Mundial después de 32 años.
Se fueron del campeonato estrellas llamadas a ser figuras que terminaron "estrelladas". Resaltan entre ellos dos por los que están a punto de pagar millonarias sumas de dinero en España para jugar en Real Madrid y Barcelona: Neymar y Alexis Sánchez. Puede decirse que su actuación fue decepcionante en virtud de las expectativas que se tenía de ellos. Neymar anduvo apático la mayor parte del tiempo y sólo mostró chispazos en el partido con Ecuador. Alexis tiene talento y eso es innegable, pero no redondeó una gran actuación, y en el partido decisivo ante Venezuela, paso prácticamente desapercibido. Llegaran seguramente a la Liga Española, pero no será por lo que hicieron en esta Copa América. También está el caso de Messi, que tuvo opaco rendimiento en los dos primeros partidos, y mostró brochazos de su clase en los partidos contra Costa Rica y Uruguay, pero no fue suficiente para que su selección llegara adelante. La desazón argentina por un fracaso más y el desastre institucional del futbol de dicho país lo arrastra a él -en mi consideración injustamente- de forma inevitable.
Hoy las figuras de la Copa tienen otras camisetas. En Perú Vargas y Guerrero confirman su categoría internacional acompañados de un grupo de jugadores comprometidos con el equipo. Arango y Rondón son sólo dos de los representantes de una Venezuela que se niega a tener techo, mientras que más allá de Muslera, Forlán y Suárez todos saben que Uruguay tiene once laburantes en cada partido. En Paraguay por ahora sólo destaca Villar, gracias al cuál hoy están en semifinales.
Lo que deja claro este fin de semana es que las Eliminatorias sudamericanas serán más parejas que en años anteriores. Llegar a semifinales otorga a selecciones como Perú y Venezuela un envión anímico enorme de cara a octubre. La mentalidad definitivamente sera otra, desde la perspectiva de saber que se puede competir de igual a igual con cualquiera. La derrota motivará a Chile, Colombia y Ecuador a poner las barbas en remojo y salir con hambre de revancha, mientras que Argentina, Uruguay y Paraguay -Brasil está clasificado por ser local en el Mundial- ya están advertidos que ya no hay equipos "chicos" en la región y subestimarlos les puede costar caro.
Lo que viene esta semana:
Dos semifinales por las que pocos hubieran apostado. El martes Perú enfrenta nuevamente a Uruguay -se enfrentaron en primera rueda y empataron 1 a 1-; la esperanza del pueblo peruano se las verá contra la experiencia de los charrúas, mientras que el miércoles Paraguay, que ha llegado a esta instancia sin ganar un sólo partido en el tiempo reglamentario, tratará de demostrar que merece haber llegado a esta instancia pero enfrente tendrá a una Venezuela, que vuelvo a insistir, cada vez es menos sorpresa y más confirmación.
Después de un fin de semana como este, le queda a alguien ganas de ponerse a hacer pronósticos? asumo que no. Ahora bien, se imaginan una final Perú-Venezuela? lo que hasta hace dos semanas ni siquiera era opción, hoy es perfectamente posible. Veremos que deparan ambos partidos.
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