domingo, 14 de agosto de 2011

Primer Round: Real Madrid 2 - Barcelona 2

El Real Madrid más fino no pudo con un Barcelona entre algodones. Esa es la conclusión de este primer partido de la final de la Supercopa española, disputado en el Estadio Santiago Bernabéu.

Como comentábamos en un post previo, el Real Madrid llegaba en mejores condiciones a este partido: Sin lesionados tras la recuperación de Sergio Ramos, invictos tras una gira en donde ganaron todos sus partidos, goleando con autoridad a los rivales de menor envergadura a los que enfrentaron, y con la motivación necesaria tanto en los jugadores con en su técnico, el polémico José Mourinho. Al frente el Barcelona arribaba con Xavi, Puyol, Pique, Busquets y Pedro guardados en la banca en precaución ante diversas dolencias de orden físico; sin la columna vertebral del equipo campeón de Liga y Champions, Guardiola recurrió a Thiago, a Alexis Sánchez, y a una alineación de emergencia en su defensa.

El primer tiempo mostró a un Real Madrid que salió a presionar al clásico rival hasta el interior de su misma área con un generoso despliegue físico y una actitud radicalmente distinta a la mostrada por los merengues en los dos partidos que jugó como local en el mes de abril. El Barcelona lució sorprendido y desorientado, rotos los canales de comunicación entre su defensa y su mediocampo y ataque, quedando Messi sin posibilidad de intervenir en el partido. Claro dominador de la situación, el Madrid se puso rápidamente en ventaja luego de una buena jugada de Karim Benzema -en su renovada y motivada versión de la segunda mitad del año-, que definió con clase Ozil, el jugador alemán que es sin duda alguna el 10 de Madrid, no sólo en el número que por fin lució en su espalda, sino en su forma de jugar.

En el Barza Adriano y Abidal pasaban serios problemas para detener a Benzema, Thiago parecía abrumado por la presión rival e Iniesta parecía solo en el medio del terreno, con un Keita intrascendente. Destacaban en medio de este panorama, Valdés en el arco, Mascherano corrigiendo los desvaríos de los otros defensores, y Alexis Sánchez, un extremo con una novedosa vocación de ayudar a la defensiva, lo que se evidenció en el encuentro a la luz del plantemiento madridista. En el banco, Guardiola lucía preocupado, y Xavi, desesperado por querer estar en el terreno.

Cuando el partido parecía más cercano al 2 a 0 que al empate, finalmente sucedió. Si la pelota no va a Messi... pues Messi va a la pelota. La Pulga bajó unos metros para poder recibir el balón cerca del mediocampo y tuvo posibilidad de intervenir en dos jugadas: en la primera habilitó a Villa que desde el vértice del área grande sacó un zapatazo que se metió en el rincón de las animas para igualar el partido con un golazo; en la segunda decidió resolver por cuenta propia, encaró a toda la defensa merengue y batió a Casillas. Dos veces Messi, dos ataques, dos goles, y el Barza de iba en ventaja al descanso ante un Bernabéu enmudecido.

Paradojas del fútbol. En el segundo tiempo el Real Madrid parecia aún aturdido por los dos goles barcelonistas y el Barcelona salió al ataque. Cuando más dominador lucía y el 3 a 1 no parecía descabellado, un ataque del Madrid concluyó en el empate con gol de Xabi Alonso. A partir de ahí el partido tuvo pasajes emocionantes, pero también violentos en medio de un arbitraje bastante discreto. Nuevamente tomo impulso el Madrid, pero cada contragolpe del Barza encontraba la posibilidad de encontrar a Messi o a Pedro ingresado en el segundo tiempo. Hubo reclamos de penales no cobrados contra Cristiano uno y contra Pedro el otro y nuevamente Pepe perdió la cabeza pateando rivales más allá de los permitido.

En esas circunstancias se arribó al final del encuentro, con un resultado que deja un sabor agridulce en los madridistas y uno por demás grato en los catalanes. Uno pudo golear, estuvo debajo en el marcador y termino sacando un punto; el otro se vio contra las cuerdas, se puso adelante, y supo manejar un empate que le viene de perillas en función de lo que se esperaba y de cómo se dio el partido. Ahora viene el segundo partido en el Camp Nou este miércoles 17. la ida no fue mala, por el contrario, resultó entretenida; la vuelta promete, y promete mucho.

p.d. Entre los dos partidos, mañana Barcelona presentará a su contratación anhelada: Cesc Fábregas. Los culés, más felices, imposible.

Foto de Marca


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