domingo, 28 de agosto de 2011

Sinfonía en Manchester (Primera Parte)


Manchester es sinónimo de música. De muy buena música. Desde los clásicos Bee Gees hasta los Chemical Brothers, pasando por grupos de aquellos que puedo no cansarme de escuchar como Stone Roses, Oasis, y los inmortales The Smiths, escuchar el nombre de la ciudad de inmediato me traslada a inolvidables recuerdos vinculados a escuchar una canción "manchesteriana" en un momento determinado de mi vida.

Pero Manchester también es sinónimo de fútbol. De muy buen fútbol. Es la tierra del histórico Manchester United. Y también la tierra, siempre a la sombra de los "diablos rojos", del Manchester City, que viene intentando dejar de ser el patito feo del vecindario y forjarse una historia de títulos y alegrías, de esas que sobran al United.

Esta temporada ambos equipos han comenzado con todo. De hecho la temporada inició con la disputa del Community Shield -partido que reune al ganador de la Premier League con el de la FA Cup-, donde el United se impuso al rival del barrio por 3 a 2 luego de ir perdiendo 2 a 0 y con un gol en la última jugada del tiempo reglamentario, cuando Nani aprovechó un error grosero de Kompany y le dio a los rojos su cuarto triunfo en los cinco últimos años en la citada Community Shield. Tras aquel partidazo, ambos equipos han iniciado con puntaje perfecto y singulares exhibiciones futbolísticas su participación en la Premier League.

El Manchester United ha derrotado al West Bromwich 2-1, al Tottenham 3-0 y hoy apabulló al Arsenal con un histórico 8-2 en casa, con una exhibición arrolladora en el primer tiempo, y aprovechando que el Arsenal se derrumbó complementamente después de intentar reducir la diferencia durante los 15 primeros minutos del segundo tiempo, cuando Wayne Rooney anotó el segundo de sus tres goles por la vía del tiro libre.

Da gusto ver al Manchester United del maestro Sir Alex Ferguson, quien este mes de noviembre cumplirá 25 años a la cabeza del equipo, período en el cual ha ganado más de 30 títulos entre campeonatos y copas inglesas, Champions y competiciones europeas. Un entrenador que ha marcado una época y que sin duda quedará en la historia, no del equipo, ni del fútbol inglés, sino del fútbol mundial. Luego de todo este tiempo ha sabido, primero hacer pasar a su equipo por encima del predominio del Liverpool -que existía a su arribo a los rojos-, y segundo saber obtener logros y luego reinventar a su equipo, sin perder por ello el protagonismo y el éxito en la consecución de títulos y campeonatos.

El equipo de este año es una muestra de lo que comentamos. La base titular es llamativamente joven, algo que no es novedad dado que Ferguson no tiene reparo alguno en brindar oportunidad a los jugadores que entiende pertinentes sin que la edad sea un impedimento para ello. Así, se lesiona Ferdinand y ahí está Phil Jones con sus 19 años para suplirlo; se ausenta Vidic, ahí está Johnny Evans y sus 23 años para reemplazarlo. Con ellos tenemos como base del equipo en este arranque de la Premier League a De Gea; Smalling, Evra, Cleverley, Jones y Evans; Nani, Anderson y Rooney; Welbeck y Young.

De Gea con apenas 20 años llegó del Atlético de Madrid para hacerse de la titularidad de un arco donde han marcado época arqueros como Edwin Van der Sar y el danés Peter Schmeichel. Es verdad que en estos primeros partidos ha alternado atajadas oportunas con errores que felizmente para sus intereses, aún no han costado puntos a su equipo. Pero De Gea tiene un futuro enorme, y si Ferguson le ha dado esa responsabilidad por algo es así que no me cabe duda que el español puede quedarse en el arco del United por muchísimo tiempo de aquí en más.

Más allá de aquel cambio que hizo Ferguson en el medio tiempo del partido contra el City, cuando sin contemplación sacó del terreno a Ferdinand y Vidic, disgustado con su accionar especialmente en el segundo gol del clásico rival, es muy probable que al recuperarse ambos jugadores -los veteranos del equipo junto al mítico Ryan Giggs- recuperen titularidad o minutos en el equipo. Pero es imposible dejar de destacar el papel de Jones y Evans durante sus ausencias. Y sobre todo el tremendo trabajo de Chris Smalling, el defensor proveniente del Fulham, otro joven de apenas 21 años que viene mostrando una solvencia y personalidad que le permite incluso arrimarse al ataque cuando resulta necesario, y de Tom Cleverley, que con sus 22 años retorna al equipo tras haber adquirido experiencia en su paso a préstamo por Leicester, Watford y Wigan y ha sido titular inamovible desde el inicio de esta temporada.

El medio campo de Ferguson se ha reiterado durante los primeros partidos: Nani (25) y Anderson (23) aprovechando la oportunidad de ser los titulares y no los primeros recambios en la banca han tenido actuaciones superlativas. En especial Nani, dejando atrás la sombra de Cristiano Ronaldo y mostrándose encarador y efectivo. No sólo fueron sus goles en la Community Shield, sino también su participación en los goles del equipo y la enorme definición en el quinto gol contra el Arsenal. Y por supuesto Wayne Rooney. A los 25 años parece haber alcanzado la madurez en su juego y en su papel dentro del equipo. Se le percibe líder, referencia, clave dentro de la escuadra titular. Y ha mejorado en su juego. No solamente es el definidor certero. Ahora además distribuye el balón con criterio y se ha vuelto un especialista en la ejecución de los tiros libres. El Arsenal lo sabe en carne propia.

Arriba, habiendo perdido Berbatov la titularidad y estando el Chicharito Hernández recuperándose de una extraña conmoción cerebral, surgieron con fuerza dos figuras que han arrancado todos los partidos incluido el clásico inicial contra el City: Ashley Young (26) adquirido del Aston Villa, una fuerza vertiginosa que hace estragos por la banda izquierda y además sabe definir en arco rival, y la fulgurante aparición de Danny Welbeck, un peligro en el área rival que ya anotó dos goles en tres fechas e impresiona a propios y extraños. No obstante contar con apenas 20 años Welbeck ha ido alternando en el primer equipo desde 2007, pero es en esta temporada donde ante las situaciones anteriormente indicadas, Ferguson ha optado por darle la titularidad, por encima incluso de otro interesante prospecto del United, el italiano Macheda. La principal preocupación con Welbeck son las lesiones recurrentes que ha sufrido. De hecho, en el partido con Arsenal, tras anotar su gol, salió con una lesión que si bien se espera no sea de gravedad, nuevamente hizo sonar las alarmas. Pero si supera el tema físico, Welbeck promete espectáculo y goles.

Manchester United deja en claro desde el arranque que va por un título más y que tiene razones para ser considerado favorito. Ahora bien, hay otro equipo con puntaje perfecto tras las tres primeras fechas. También muestra credenciales jugando bonito y arrasando rivales. Y curiosamente, también es de Manchester. Ya hablaremos de ellos más adelante.

*Foto de AFP disponible en Marca

jueves, 18 de agosto de 2011

Hubo fútbol: Ganó el Barza con un Messi sensacional


Sí, hubo fútbol. Y durante gran parte de los 90 minutos el partido fue partidazo. Emocionante, bien jugado, con alternativas en ambos arcos, con un Madrid nuevamente retador y avasallante, con un Barcelona conmovedor en la resistencia y letal en la definición. Hubo fútbol y del bueno. Y al final ganó el Barza. Porque todavía sigue siendo un pelín mejor que el Madrid. Y, ayer más que nunca, porque tiene a Messi. Y Messi tiene de hijo al Madrid. Es necesaria esta aclaración, porque a estas alturas se habla más del zafarrancho que se armó al final del partido, cortesía de la patada criminal del Marcelo a Cesc Fábregas, que no era para roja sino para 30 días de cárcel sin derecho a fianza, en donde se involucraron varios jugadores y miembros de cuerpos técnicos, con Ozil, Villa y sobre todo José Mourinho como lamentables protagonistas.

Pero antes de todo eso hubo fútbol. Y del bueno. Especialmente en un primer tiempo jugado a todo vapor, donde el Madrid nuevamente salió a dar la cara, presionando la salida barcelonista desde su misma área, casi en un calco del planteamiento del primer partido de esta final, poniendo al Barcelona contra las cuerdas en su propia casa. Sólo que esta vez los blaugranas pusieron en el terreno su mejor equipo –el mismo que ganó la final de la Champions en mayo-, y nuevamente en su primer ataque al arco de Casillas ya estaban en ventaja en el marcador, gracias a que Messi se disfrazó de Iniesta en el medio campo e Iniesta de Messi en la sutil definición.

Pero el Madrid siguió tozudo en su presión y la misma dio su fruto minutos después con Cristiano Ronaldo rompiendo su racha sin anotar en el Camp Nou. Lamentablemente para los intereses merengues, en lugar de aprovechar el desconcierto blaugrana, tras su gol el portugués mostró su faceta más individualista y se empecinó en tratar de comenzar y concluir las jugadas él sólo. Ante eso, en cada uno de esos arranques, Mascherano y sobre todo Dani Alves, se cansaron de quitarle el balón de los pies, una y otra vez, mientras sus compañeros quedaban frustrados en el área rival esperando el pase que nunca llegó. Y como tres días antes, en la última jugada del primer tiempo otra vez apareció Messi -en una pared en la que Piqué le devolvió la pelota con un taco más propio de un creador que de un defensor- y definió sin inmutarse ante la salida de Casillas, con la pierna que supuestamente no domina. Se iban al descanso otra vez con el 2 a 1 para el Barza.

En el segundo tiempo el fútbol fue dando paso paulatinamente a la tensión, el juego trabado y finalmente a la mala intención. El Barza intentó controlar el balón pero demasiado atrás, y el cambio donde Guardiola hizo ingresar a Adriano por Villa, delató la intención de intentar conservar el resultado. En el Madrid la entrada de Marcelo duplicó la dosis de agresividad que ya de por sí tiene el equipo con Pepe y conforme pasaron los minutos empezó a desviar su atención de la pelota para enfocarla en el rival. En medio de ese ambiente, en una jugada confusa en donde se sucedieron varios rebotes, Benzema anotó un gol que ciertamente merecía tras dos actuaciones más que convincentes.

El debut soñado de Fábregas se produjo en el momento menos deseado, con suplementario a la vista y con el Madrid con mejor resto físico para afrontarlo, aunque antes de eso, tenía la oportunidad, y el envión anímico, para liquidar el partido. Pero entonces apareció Messi. Otra vez Messi. Tantas veces Messi. Fábregas le tocó la pelota y la Pulga en primera pasó a Adriano. Este levantó la cabeza, vio que Lionel arrancó, metió el centro y apareció la zurda genial, única, maravillosa de Messi. 3 a 2. A caja y a cobrar. Barcelona otra vez campeón.

Después se acabó el fútbol y llegó la tangana. Lo de Mourinho linda con lo maquiavélico. En lo técnico, irreprochable. Es de los mejores del mundo y la forma en que el Madrid ha reducido distancia con el Barza es una muestra de ello. Pero en lo demás, ha logrado que jugadores como Casillas y Xabi Alonso luzcan perturbados y abducidos ante su discurso. Que muchos madridistas celebren sus poses, desplantes y discursos y que coreen el nombre de Pepe, jugador que representa la antítesis de lo que se ha sabido llamar el “señorío” madridista. Y ha logrado como no, que también en Barcelona empiecen a pisar el palito. Ahí está Villa peleando con Ozil ayer, están Xavi y Piqué entrando en el juego de las declaraciones y los dirigentes culés, diciendo que es una lacra que hace daño al fútbol. Ahí está la prensa y nosotros mismos: estúpida, pero irremediablemente dedicándole más espacio del debido a este grotesco personaje, en lugar de seguir hablando del triunfo del Barza, la genialidad de Messi, del avance de su propio equipo, el Madrid. En pocas palabras, hablando más de Mourinho que de lo que realmente importa: el fútbol.

Cuidado que si nada cambia y Mourinho sigue pleno de poderes en el Real Madrid, con el mismo discurso y convenciendo a sus jugadores del mismo, habrá un tercero interesado que podría verse afectado incluso más que los dos clubes juntos: el seleccionado español. Aunque los jugadores quieran tapar el sol con un dedo, es más que evidente que cada enfrentamiento, cada declaración, cada acción, va abriendo grietas entre jugadores del Barza y el Madrid. Habrá que ver si Del Bosque puede lidiar con ello y si a pesar de todo, España puede seguir revalidando los títulos obtenidos en Eurocopa y Mundial. El tiempo nos dejará saber.

Salud al Barcelona, campeón 2011 de la Supercopa española.

domingo, 14 de agosto de 2011

Primer Round: Real Madrid 2 - Barcelona 2

El Real Madrid más fino no pudo con un Barcelona entre algodones. Esa es la conclusión de este primer partido de la final de la Supercopa española, disputado en el Estadio Santiago Bernabéu.

Como comentábamos en un post previo, el Real Madrid llegaba en mejores condiciones a este partido: Sin lesionados tras la recuperación de Sergio Ramos, invictos tras una gira en donde ganaron todos sus partidos, goleando con autoridad a los rivales de menor envergadura a los que enfrentaron, y con la motivación necesaria tanto en los jugadores con en su técnico, el polémico José Mourinho. Al frente el Barcelona arribaba con Xavi, Puyol, Pique, Busquets y Pedro guardados en la banca en precaución ante diversas dolencias de orden físico; sin la columna vertebral del equipo campeón de Liga y Champions, Guardiola recurrió a Thiago, a Alexis Sánchez, y a una alineación de emergencia en su defensa.

El primer tiempo mostró a un Real Madrid que salió a presionar al clásico rival hasta el interior de su misma área con un generoso despliegue físico y una actitud radicalmente distinta a la mostrada por los merengues en los dos partidos que jugó como local en el mes de abril. El Barcelona lució sorprendido y desorientado, rotos los canales de comunicación entre su defensa y su mediocampo y ataque, quedando Messi sin posibilidad de intervenir en el partido. Claro dominador de la situación, el Madrid se puso rápidamente en ventaja luego de una buena jugada de Karim Benzema -en su renovada y motivada versión de la segunda mitad del año-, que definió con clase Ozil, el jugador alemán que es sin duda alguna el 10 de Madrid, no sólo en el número que por fin lució en su espalda, sino en su forma de jugar.

En el Barza Adriano y Abidal pasaban serios problemas para detener a Benzema, Thiago parecía abrumado por la presión rival e Iniesta parecía solo en el medio del terreno, con un Keita intrascendente. Destacaban en medio de este panorama, Valdés en el arco, Mascherano corrigiendo los desvaríos de los otros defensores, y Alexis Sánchez, un extremo con una novedosa vocación de ayudar a la defensiva, lo que se evidenció en el encuentro a la luz del plantemiento madridista. En el banco, Guardiola lucía preocupado, y Xavi, desesperado por querer estar en el terreno.

Cuando el partido parecía más cercano al 2 a 0 que al empate, finalmente sucedió. Si la pelota no va a Messi... pues Messi va a la pelota. La Pulga bajó unos metros para poder recibir el balón cerca del mediocampo y tuvo posibilidad de intervenir en dos jugadas: en la primera habilitó a Villa que desde el vértice del área grande sacó un zapatazo que se metió en el rincón de las animas para igualar el partido con un golazo; en la segunda decidió resolver por cuenta propia, encaró a toda la defensa merengue y batió a Casillas. Dos veces Messi, dos ataques, dos goles, y el Barza de iba en ventaja al descanso ante un Bernabéu enmudecido.

Paradojas del fútbol. En el segundo tiempo el Real Madrid parecia aún aturdido por los dos goles barcelonistas y el Barcelona salió al ataque. Cuando más dominador lucía y el 3 a 1 no parecía descabellado, un ataque del Madrid concluyó en el empate con gol de Xabi Alonso. A partir de ahí el partido tuvo pasajes emocionantes, pero también violentos en medio de un arbitraje bastante discreto. Nuevamente tomo impulso el Madrid, pero cada contragolpe del Barza encontraba la posibilidad de encontrar a Messi o a Pedro ingresado en el segundo tiempo. Hubo reclamos de penales no cobrados contra Cristiano uno y contra Pedro el otro y nuevamente Pepe perdió la cabeza pateando rivales más allá de los permitido.

En esas circunstancias se arribó al final del encuentro, con un resultado que deja un sabor agridulce en los madridistas y uno por demás grato en los catalanes. Uno pudo golear, estuvo debajo en el marcador y termino sacando un punto; el otro se vio contra las cuerdas, se puso adelante, y supo manejar un empate que le viene de perillas en función de lo que se esperaba y de cómo se dio el partido. Ahora viene el segundo partido en el Camp Nou este miércoles 17. la ida no fue mala, por el contrario, resultó entretenida; la vuelta promete, y promete mucho.

p.d. Entre los dos partidos, mañana Barcelona presentará a su contratación anhelada: Cesc Fábregas. Los culés, más felices, imposible.

Foto de Marca


viernes, 12 de agosto de 2011

Cesc cumple su sueño

Informan medios y periodistas españoles que finalmente llegó a su fin la novela: Fábregas ya es jugador del Barça. Cesc cumple su sueño y hace soñar a los culés. Ampliaremos pronto.

Los amistosos quedan atrás: llegó la hora de jugar en serio


Tras una pretemporada salpicada de campeonatos juveniles, Copa América, innumerables amistosos tanto a nivel de clubes como de selecciones, entre otros eventos, el fin de semana pasado comenzaron a disputarse ya algunas ligas europeas y sudamericanas, con lo que la temporada futbolística se pone de lo más interesante.

El miércoles 10 se jugaron numerosos partidos amistosos internacionales, para desazón y no poca indignación de dirigentes, entrenadores y jugadores, los cuáles se encuentran la misma innecesaria e inoportuna dado que interrumpe la fase final de la pretemporada ad portas del inicio de los diferentes campeonatos. El tema es que con la Fifa por ahora sólo quedar molestarse, hacer de tripas corazón y ponerse a jugar. Así, Francia y Chile empataron a un gol por bando, mientras Portugal con Cristiano Ronaldo a la cabeza se dio un banquete de cinco goles contra Luxemburgo y México y USA empataron a uno, en el debut de Klinsmann como DT de los estadounidenses.


Dentro de los amistosos tuvimos la oportunidad de ver la exhibición de una selección alemana que pasó por encima a un Brasil que sigue sin encontrar el rumbo y sigue dependiendo de sus individualidades, con la lógica consecuencia que cuando éstas no aparecen, el equipo amarillo queda convertido en un grupo de jugadores medrosos y apáticos que están a leguas de transmitir la sensación de invencibilidad que otrora supieron pasear por cuanto campo jugaron.

Da gusto ver jugar al equipo de Joachim Löw por estos días. El de Alemania es un fútbol práctico, efectivo y contundente, pero no por ello aburrido. Por el contrario, al despliegue generoso del líder del equipo Bastian Schweinsteiger –responsable de la asistencia en dos de los tres goles germanos-, y rendimientos altos como el de Hummels, se le unen apariciones refrescantes como las de Schürrle, Kroos, y sobre todo Mario Götze, el talentoso volante del Borrusia Dortmund, que con apenas 21 años es la nueva joya del fútbol alemán y se encargo de demostrarlo con una sólida actuación que coronó con un gol, el segundo de su equipo.

Aunque estamos a 3 años aún del Mundial, por ahora Brasil solamente genera dudas y disgustos a su “torcida”, mientras que Alemania ratifica su condición de potencia y de eterno candidato tanto para la Eurocopa del próximo año, como para el Mundial, torneos estos donde su camino al título solamente pudo ser detenido por España.

Precisamente el campeón del mundo también jugó en Bari contra el local, Italia, y se llevó una derrota por 2 a 1 con un gol de Alberto Aquilani a poco del final del partido, con un remate que chocó en un defensor español y descoloco a Victor Valdés. Una vez más España pareció salir a jugar un amistoso como tal, mientras que su rival salió con la intensidad de un partido decisivo de campeonato o eliminatoria. Por eso mismo no extraño que la escuadra azurra se pusiera en ventaja a los 11 minutos con gol de Montolivo. Durante el primer tiempo, el equipo italiano –un seleccionado en proceso de transición ahora de la mano de Prandelli- fue claro dominador ante un combinado español donde su improvisada defensa por momentos fue un parque de diversiones. Con Sergio Ramos y Puyol lesionados y con Capdevila alejándose poco a poco del seleccionado, sólo Piqué quedaba de la defensa con la que España se convirtió en campeona del mundo y la desorientación fue evidente en el equipo rojo, que logró empatar momentáneamente, más a punta de orgullo que de buen juego con un penal convertido por Xabi Alonso y que dentro de lo rescatable, podrá recordar que en este partido debutó Thiago Alcántara, el hijo de Mazinho, aquel recio campeón del mundo con Brasil en el 94 y en el cual tanto España como el Barcelona, tienen puestas grandes esperanzas.

Le vienen mal los amistosos a la campeona del mundo, aunque a la hora de la verdad, no ha tenido problemas en ganar los partidos donde los puntos sí valen, en su camino a revalidar su título de campeón en la Eurocopa de 2012. De todos modos peor debe haberle caído este amistoso al Real Madrid y especialmente al Barcelona, que en par de días estarán jugando el primer partido de la Supercopa española (ganador de Liga versus ganador de Copa del Rey) y se encuentran con Albiol, Arbeloa y Xabi Alonso habiendo jugado el partido entero por un lado, mientras que por el otro Piqué y Busquets sentidos y en duda para poder participar de dicho juego. Veremos que ocurre en estos 180 minutos de la clásica rivalidad española; ésta vez el Real Madrid llega con mejores augurios a la luz de sus resultados en sus giras por USA y Asia. Pero, con lesionados, derrotas e incertidumbres en el camino, el Barcelona tratará de demostrar que aún tiene la forma de controlar el ímpetu y la necesidad de victorias de los dirigidos por Mourinho.

El fútbol se pone serio. Y nosotros, agradecidos.


* Fotos de Marca y Getty Images disponibles en Marca



martes, 2 de agosto de 2011

l'equip petit


Recomiendo plenamente echarle una mirada a este hermoso documental que descubrí a raíz de un artículo en el diario El País. Trata sobre un equipo de niños de Barcelona, el Margatania F.C. y la forma tan inocente y pura en la que sus jugadores -niños no mayores de 6 años- cuentan como son goleados por todos sus rivales sin poder anotar un gol (al final quedaron con récord de 271 goles en contra y 1 a favor).

Resulta imperdible la gracia con la que los padres apoyan a sus hijos y comentan su rendimiento en el campo, pero sobre todo, la actitud de los niños a los que lejos de importarles las goleadas en contra, lo que les importa es pasarla bien, divertirse y compartir la experiencia en equipo. Aquella misma actitud con la que uno jugaba un partidito con los amigos en la niñez.

Que vivan los niños y su única e inigualable forma de ver la vida!