Jeremy Lin (Foto de Chris Chambers - Getty Images) |
El sábado 4 de febrero Jeremy Lin (nacido el 23 de agosto de 1988 en Los Angeles, California), se levantó del sofá de la sala de su hermano sin sospechar que desde aquella noche la vida le iba a cambiar para siempre y empezaría a escribir una de las historias más espectaculares de la historia de la NBA y del deporte en general. Su equipo, los New York Knicks venían de dos dolorosas derrotas ante Chicago y Boston, que los ponían siete juegos bajo .500 en medio de rumores sobre la continuidad de su técnico, lesiones o ausencias de sus principales figuras, rendimientos mediocres de la mayoría de sus jugadores y la sensación que una vez más los Knicks debían empezar a pensar en la temporada venidera. Pero aquella noche, los Knicks derrotaron a los Nets 99-92 y el desconocido Jeremy Lin salió de la banca para anotar 25 puntos, dar 7 asistencias y tomar 5 rebotes en una actuación tan inesperada como espectacular. A partir de ahí el resto es historia reciente, la misma que aún se viene escribiendo: La “Lin-manía” explotó como un fenómeno sin precedentes.
Qué iba a imaginar Jeremy Lin lo que le deparaba la temporada de la NBA, cuando inclusive la misma estuvo a punto de cancelarse. Peor aún, que después de tanto esforzarse durante el larguísimo “off-season” (ver debajo vídeo del canal oficial de Lin en youtube), cuando por fín llegó la hora de reportarse a los campos de entrenamiento, se encontraría con la novedad que el nuevo técnico de los Golden State Warriors, Marc Jackson, prescindió de sus servicios sin haberlo visto jugar, y que par de semanas después los Houston Rockets hacían lo mismo sin casi haberle dado minutos en la “pre temporada” de dos juegos contra los San Antonio Spurs. Así, desechado y deambulando de un lado para el otro, el inicio del 2012 lo encontró en los Knicks. Tan desconocido era Lin en New York que él mismo bromeaba el 4 de enero en su Facebook comentando que “Everytime I try to get into Madison Square Garden, the security guards ask me if I’m a trainer LOL”. Asumo que hoy esos guardias de seguridad no tendrán problemas en dejarlo ingresar al MSG.
Quién hubiera imaginado que la pésima racha de los Knicks, las lesiones de Iman Shumpert y Baron Davis, los bajos rendimientos de Toney Douglas y Mike Bibby, obligaron a Mike D’Antoni a jugársela con Lin, que a inicios de mes jugaba en la Liga de Desarrollo en los Erie BayHawks donde había sido asignado por el equipo newyorkino. Ni D’Antoni ni nadie podía imaginar las consecuencias que iba a tener aquel manotazo de ahogado.
Hoy Jeremy Lin –graduado de Harvard y como Tim Tebow, otra de las enormes historias de este año en el deporte, cristiano que no duda en dejarlo saber en sus declaraciones y en sus cuentas de redes sociales- es un fenómeno a nivel mundial. Portada de Sports Ilustrated y Time en su edición asiática, admirado por las máximas estrellas de la NBA y de otros deportes, y hasta por el propio Presidente Barack Obama; invitado a participar del fin de semana All-Stars en Orlando a fin de mes, su impacto se ha sentido hasta en Wall Street. El 17 de los Knicks también es merecedor de elogios en todos los rincones del planeta. No duda la television española en dedicarle un reportaje (ver video), no dudan los diarios en Sudamérica en dedicarle páginas enteras. Y las noticias dan cuenta del obvio impacto que cada juego suyo tiene en el continente asiático.
Sus Knicks no pierden desde aquel sábado 4 de febrero tan cercano y tan lejano. De hecho ahora tienen marca de 15-15. Pero lejos de los números -toda racha tiene un comienzo y un final-, al verlos jugar en la cancha, se observa que es otro equipo, no sólo en el juego, sino en la actitud y en el ánimo. Han sufrido una transformación total. Volvió Stoudemire tras la muerte de su hermano. Está por volver Carmelo Anthony tras su enésima lesion. Y el papel de Lin en ese cambio ha sido vital. Papel que dicho sea de paso, poco a poco comienza a variar. Ya en el último partido hasta la fecha, victoria 100-85 contra Sacramento, se enfocó más en su labor de point guard, lanzó menos al aro, pero aumentó su número de asistencias. Quizás una muestra de cómo irá evolucionando su función en lo que resta de la temporada, o simplemente de la versatilidad que muestra el sorprendente jugador de moda.
El ya célebre sillón donde dormía Lin hasta hace apenas dos semanas ( Foto publicada por Landry Fields en su twitter @landryfields ) |
Ya no duerme más en el sillón de su hermano. Alquiló un departamento en la ciudad que nunca duerme. Su camiseta es la más vendida, no de los Knicks, sino de toda la NBA. Cada juego en el Madison Square Garden (donde los precios han subido a placer, lo que no es óbice para que se llene hasta la bandera) se escucha de forma recurrente el grito de “MVP, MVP”. “Lin-sanía” en estado puro. Algo nunca visto y probablemente muy difícil de volver a ver.
¿Cuanto durará? ¿Sera un fenómeno pasajero? ¿O estamos en el inicio de una historia de leyenda en la NBA? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, Jeremy Lin se ha ganado el derecho de darle el beneficio de la duda, y que creamos y disfrutemos de su juego. Nosotros a su vez, hemos ganado la oportunidad de presenciar historia viva en el deporte. Vaya la recomendación para no desaprovecharla.
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